A vuelta de nueve años y encontrarme con aquel boceto repregunto: ¿Le temes a la luz? No, todo lo contrario, no hay noche sin luz. Y, como reza un mágico poema de Cummings, son esos puntos de divina luz los que mantienen unido al universo. El poeta no razona, encuentra; o escucha y avizora lo que encuentra y enuncia sin explicaciones. Hoy leo aquellas palabras con distanciamiento, no como un enunciador, sino como ese lector que se topa con un acertijo que escribió otro ser. Por tanto, no es una víctima de la poesía el que acá escribe, sino un lector o descifrador, quien colige que la única claridad del día a la que se ha de temer es a aquella humana que se ha desligado de la luz divina.
lacl, el otro, el de ahora. 13 de septiembre de 2022.
Acá dejo el boceto de hace nueve ciclos...
Yo anhelo la noche. Ella siempre anda en vuelo...
La añoro y la profetizo, en cada una de mis noches.
Invoco el despliegue perenne de su alfombra.
Y albergo ciertos temores ante la oscura claridad del día.
lacl, 30 de septiembre de 2013.
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