So pretexto de haberse celebrado hace unos tres días el Día Internacional del beso, quiero recordar estas amorosas y joviales octavas que nuestro bien amado y memorado tío Rafael Melo Quintero les escribiera a mi padre. Tío Rafael fue adoración de toda la familia, humorista sin igual, un ser desprendido que tenía casa en los cuatro rincones del país, sin ser propietario de ninguna. Murió arrollado por un vehículo, cuando cruzaba una avenida cerca del puerto de La Guaira. Mis padres no quisieron llevarme a sus exequias debido a mi edad, decisión que nunca pude comprender. Lo cierto es que se quedaron perplejos ante la multitud de personas que bajaron de todos los rincones del pueblo de La Guaira y aledaños para rendirle tributo.
Mi padre siempre contaba anécdotas de mi tío, entre ellas, ésta sobre su desprendimiento y espléndidez. Cierta vez un amigo le decía que no tenía un saco decente para presentarse a una oportunidad de empleo, y él -acto seguido- se quitaba el saco que traía puesto y se lo regalaba.
Asignatura pendiente es la de indagar en la hemeroteca, a ver si consigo textos suyos publicados en La Esfera, coplas satíricas que llevaban por título Juanbimbadas o La Juanbimbada.
Dejo a continuación el texto que escribiera en mi página personal, pero que nunca he publicado en este blog.
Salud, lacl.
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Como prácticamente no queda ya alguna actividad humana a la que no se le celebre y conmemore con bombos y fanfarrias, quiero aprovechar, antes de que culmine la fecha -al menos en estas latitudes- que hoy se celebra el "Día del Beso". Y como no todo ha de ser tragedia, aprovechemos pues para dejar acá este beso perfumado que un día le dejara estampado mi tío Rafael a mi padre Luis Amado.
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Jocoso poema de mi querido y recordado tío Rafael a mi papá, cuando éste un tanto hastiado de su bohemia y sus parrandas, una vez tuvo que echarlo de la casa. Mi tío de la casa se esfumó y mi padre luego quedó todo arrepentido y mi madre recriminándole, "y ahora Rafael, ¿donde se habrá metido?"
Lo cierto es que no llegó muy lejos.
Se quedó por tres días durmiendo en un sofá, comiendo, bebiendo y jugando dominó en casa de unos vecinos, un General, hasta que una de las señoras de la casa vino a pedir que fuéramos a buscar la prenda... El General estaba encantado de ser anfitrión de mi tío…
El poema dedicado a Luis Amado...
Ese beso afortunado
que me regaló el año nuevo
en el corazón lo llevo
entrega de Luis Amado.
Mi hermanito delicado
casi me volvió al garete,
me dijo: - no soy zoquete,
aquí mi afecto me empuja,
aunque llore mi Maruja,
de mi casa vete, vete.
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I he salido tan marchito
rebosando mi aflicción
que mi tierno corazón
no exhaló siquiera un grito.
Yo me dije: estoy maldito,
por rencores perfumado,
cuando a mí lo idolatrado
me cierra puerta en la cara,
hoy sentimiento prepara
un cariño a Luis Amado.
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El dolor se marcha en bongo
jugueteando con el llano
cuando me corre mi hermano,
mi hermano “guachirimongo”.
En esta angustia prolongo
un maltrato hacia las letras,
me divorcio de retretas
y quiero significar
que el que me vino a botar
yo lo pelaba en las metras.
Caracas, 3 de enero de 1962
Rafael Melo Quintero.
Mi hermana Marianella contemplando la fingida seriedad de mi tío, luego de que largara un chiste. Al reverso de la foto mi padre estanpó estas palabras: Chiste y contemplación...
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