El abrazo no visto
Selene se levanta el
ruedo
para bailar su
epifanía.
Viene asomando su
rostro,
a cada jornada, con
menos pudor,
cual la amante que se
prepara
para la fusión del
abrazo que,
en el ombligo de la
oscuridad,
por nadie podrá ser
visto,
sino imaginado.
El abrazo no visto,
el de la fusión
de los amantes
silenciosos,
busca, en sus eclipses,
engarzar su amor en el
reverso
de la solapa del otro.
Y es así como Selene
nos inicia en un amor
sin aspavientos.
lacl, 19 01
2019
Miseria de lo humano.
El camino más expedito del hombre para el oficio de vivir
ha sido el de lidiar con la sombra del otro y desatender lo que la suya propia
y con su connivencia le oculta. La responsabilidad de lo que en el mundo sucede
siempre es del otro, cualquier otro, y así nuestra amañada santidad queda
intacta. Me refiero, por supuesto, al ser humano en general, pues no todo mundo
desea ser pasto de ese sombreado camino de desnaturalización. Pero, si aun no
queriéndolo o, al menos, estando avisados, todos podemos ser pasto de engaño y
desengaño, ¿cómo será entre quienes no desean internarse en su zona umbrosa?
Evadir ese sendero es evadir la única ruta, el camino real que teníamos que
tomar, y seguir mirando la luna como quien se mira en un espejo muerto.
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(15 de Noviembre, 2016; a partir de una conversación sobre nuestras generales disyuntivas…)
(15 de Noviembre, 2016; a partir de una conversación sobre nuestras generales disyuntivas…)
Guarida de Orfeo
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