Desnudo como un guijarro
Presiento que algo no
ha marchado
bien
dentro de mí.
Sólo quería el bien para todos,
para mí, para los que en mi pecho
planté como míos.
Hoy estoy separado,
me encuentro desanillado,
segregado de los demás
por mí mismo,
marginado, execrado
por mí mismo en los demás.
Sólo quería dar amor
y recibir amor.
Y no desearía escribir
una sola bendita imagen
poética acerca de esto.
Ningún adorno,
sólo la verdad cruda,
descarnada, desnuda
como una piedra.
Desnudo como un guijarro,
en la calle o en el lecho del río,
¿adónde estoy?
¿Por qué vivo como vivo,
teatralizando, en un pacto tácito
con esta sala de exhibir mentiras
por la que me paseo?
¿Por qué no sólo vivo?
Miro hacia atrás
y todo me parece
tan absurdo.
Nuestras comedias de amor.
Nuestras comedias de vida.
Nuestros pasos por el mundo.
Suspiros.
Miro hacia adelante
y no me seducen,
en lo más mínimo,
las metas del mañana
que prometen un cielo arrodillado,
ni la tácita conspiración en masa
acerca de cuál tiene que ser
el fin de nuestras vidas.
Suspiros.
Pero miro hacia el centro
y es mi propia voz
la que me dice que uno, todos,
deberíamos poder
relacionarnos entre sí
en el amor, en la amistad,
en la compañía,
como una noche de estrellado cielo
estrecharía el pecho de alguien
que mira tumbado sobre la hierba,
mientras, sin saberlo,
ausculta el corazón
de la vida.
Presiento que algo no ha marchado
bien dentro de mí.
.
(lacl, conato verbal. Texto de los años 90. Forma parte de una
colecta de esbozos reunidos bajo el lema o título de Toma luz, toda la noche. Libro inédito)
El colibrí y la flor... Soledad Bravo
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