El pájaro misterioso que inspiró los versos del
escriba Simónides Románico. Viene año tras año y nunca se deja ver el plumaje
mientras entona sus cantos... El video puede verse al pie de esta nota. Aquí los trazos dejados por Simonides. (*)
* * * * *
El alba se anuncia
y, tal como ayer,
comienza a tejerse
el extraño canto
del ave que ha hecho
nido en la alameda.
Sus voces,
una cuarteta de tonos
graves y modulados
semejando una cruz
en el aura,
luego rematadas
de dos agudos dejos
en el centro,
en medio del silencio
y la penumbra,
son puntadas que
en el aire hilvanan
una impecable rosa.
* * * * *
Su canto ha logrado
lo que, barruntaba yo,
era un imposible:
entre la niebla ha
enhebrado nuevamente
mi alma de esperanza.
Lo curioso es que canta
en soliloquio y en medio
de la penumbra y se calla
cuando despunta el día y
todos los demás pájaros
comienzan a asomar sus trinos.
Luego vuelve por sus
fueros a media mañana,
cuando las demás aves
han ido a entregarse a
la laboriosidad del día.
Me siento hermanado
a esa creatura.
* * * * *
Orfeo habla en esa cantilena.
Borda sus himnos en la noche
figuradamente detenida.
El nunca interrumpe la
búsqueda ni sus cantos
de homenaje a Eurídice.
Y su cabeza vaga en el viento
orando en todo aquello
que, impensadamente,
es habitado por el aura.
* * * * *
* * * * *
El alba se anuncia
y, tal como ayer,
comienza a tejerse
el extraño canto
del ave que ha hecho
nido en la alameda.
Sus voces,
una cuarteta de tonos
graves y modulados
semejando una cruz
en el aura,
luego rematadas
de dos agudos dejos
en el centro,
en medio del silencio
y la penumbra,
son puntadas que
en el aire hilvanan
una impecable rosa.
* * * * *
Su canto ha logrado
lo que, barruntaba yo,
era un imposible:
entre la niebla ha
enhebrado nuevamente
mi alma de esperanza.
Lo curioso es que canta
en soliloquio y en medio
de la penumbra y se calla
cuando despunta el día y
todos los demás pájaros
comienzan a asomar sus trinos.
Luego vuelve por sus
fueros a media mañana,
cuando las demás aves
han ido a entregarse a
la laboriosidad del día.
Me siento hermanado
a esa creatura.
* * * * *
Orfeo habla en esa cantilena.
Borda sus himnos en la noche
figuradamente detenida.
El nunca interrumpe la
búsqueda ni sus cantos
de homenaje a Eurídice.
Y su cabeza vaga en el viento
orando en todo aquello
que, impensadamente,
es habitado por el aura.
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(*) Tomado de "Días de Bruma, Apuntes y fragmentos de vida, amor y muerte de un amanuense griego al servicio del Imperio."
Luis Alejandro Contreras, "custodio" de los papiros. BID&CO EDITOR, Colección Poetas del Hispanomundo, Caracas, 2013).
https://www.youtube.com/watch?v=ONRbg2BNu0U
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