Del maravilloso Elogio de la ociosidad.
(...) El cinismo moderno no se puede curar con la
simple prédica, ni poniendo ante los jóvenes ideales mejores que aquellos que
sus pastores y maestros pescan en la herrumbrada armadura de las supersticiones
gastadas. La cura se producirá solamente cuando los intelectuales logren dar
con una ocupación que dé cuerpo a sus impulsos creadores. No veo otra
prescripción sino la antigua que preconizaba Disraeli: "Educar a nuestros
maestros". Pero ha de haber para ello una educación más real que la que
por lo común se da en nuestros días a los proletarios o a los plutócratas, y ha
de haber una educación que tenga en cuenta los verdaderos valores culturales y
no sólo el deseo utilitario de producir tantos artículos que nadie tenga tiempo
de disfrutarlos.
No se consiente a un hombre que practique la medicina
a menos que sepa algo del cuerpo humano, pero se consiente a un financiero que
opere libremente sin el menor conocimiento de los múltiples efectos de sus
actividades, con la única excepción del efecto que tengan sobre su cuenta
bancaria. ¡Qué agradable sería un mundo en el que no se permitiera a nadie
operar en la bolsa a menos que hubiese pasado un examen de economía y poesía
griega, y en el que los políticos estuviesen obligados a tener un sólido
conocimiento de la historia y de la novela moderna! Imagínense a un magnate
enfrentado a la siguiente pregunta: "Si estableciera un monopolio
triguero, ¿qué efectos tendría sobre la poesía alemana?". La causalidad en
el mundo moderno es más compleja y remota en sus ramificaciones que nunca
debido al crecimiento de las grandes organizaciones, pero los que controlan
estas organizaciones son hombres ignorantes que no conocen la centésima parte
de las consecuencias de sus actos.
Rabelais publicó su libro anónimamente por miedo a
perder su puesto en la universidad. Un Rabelais moderno no escribiría jamás el
libro, consciente de que su anonimato sería violado por los perfeccionados
métodos de la publicidad. Los gobernantes del mundo siempre han sido estúpidos,
pero nunca fueron tan poderosos como lo son ahora. Por tanto, es más importante
que nunca dar con algún sistema para asegurarnos de que sean más inteligentes.
¿Es insoluble este problema? No lo creo así, pero sería el último en sostener
que la solución es fácil.
.
https://www.youtube.com/watch?v=obAbqtblDSw
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