Pepe
Barroeta fue uno de los primeros poetas que un compadre puso en mis manos,
cuando -en el techo de su casa- pasábamos horas y horas leyendo poemas en voz alta.
Su
arte de anochecer se desplegaba a los cielos, a todo pulmón y hacía las veces
de bergantín para nuestras inciertas almas.
Ha
sido muy grato toparme con estas letras que apuntan al ánima y desatienden
consejas nacidas en las antípodas de la poesía cabal que tanto ensalzara
Whitman...
(lacl)
ARTE DE ANOCHECER
Hay un arte de anochecer.
De la entrada del cuerpo al alma,
de la niebla a la redondez
y del círculo al cielo;
hay un arte de luz,
un campo donde anochecer
es mirar la vida
con el cuerpo cerrado.
Hay un arte de anochecer,
un descenso en la entrada del día
a la completa oscuridad.
Un intermedio donde es necesario
recibir y saber todo sin estremecimiento.
Hay un arte,
un paisaje a veces amable,
a veces torvo,
donde ascenso y descenso son accesorios
de la materia limpia.
Hay un arte de anochecer.
Quien haya vivido o soñado con bosques,
luces y demonios,
lo sabe.
De la entrada del cuerpo al alma,
de la niebla a la redondez
y del círculo al cielo;
hay un arte de luz,
un campo donde anochecer
es mirar la vida
con el cuerpo cerrado.
Hay un arte de anochecer,
un descenso en la entrada del día
a la completa oscuridad.
Un intermedio donde es necesario
recibir y saber todo sin estremecimiento.
Hay un arte,
un paisaje a veces amable,
a veces torvo,
donde ascenso y descenso son accesorios
de la materia limpia.
Hay un arte de anochecer.
Quien haya vivido o soñado con bosques,
luces y demonios,
lo sabe.
Para leer la hermosa glosa de Alvarado Tenorio, quien nos ha dado su consentimiento para divulgarla, basta con hacer un click con el botón de la izquierda sobre la imagen. Luego hacer click con el botón de la derecha; aparece "view image" o "ver imagen", al hacer click sobre esta frase, se activa el zoom y puede leerse con comodidad...
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