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Hay momentos en los que las palabras se nos atoran en
la garganta. Y cuesta casi tanto articular el verbo como respirar aires cargados
de pesadez. De allí que me tome la libertad de compartir parte de una
intimidad. Pues también hay momentos en que uno se da cuenta de que aunque le
cueste el respirar o se haga cuesta arriba la libre y jovial expresión, no por
ello ha dejado de hacerlo. De allí que me sienta motivado a compartir un trozo
de lo íngrimo. Extracto de una carta de
Junio del año pasado...
"...Y es que hoy me siento desanimado. Acaso
porque no comprendo nada del entorno, al menos, nada o casi nada del entorno
humano que me rodea. Me siento derrotado y no sé por qué. Siento que todos
estamos derrotados. Las lágrimas me recorren por dentro, silenciosamente, veo
la luz de la mañana, temeraria, esplendentemente anónima y desembarazada de
nuestro diario acontecer, rodeándome en una esquina de una incomprensible
ciudad y mi respuesta es el estremecimiento de una hoja ante la ventisca.
Debiéramos ser árboles, creo.
No he logrado el rescate, pero igualmente te dejo
estas palabras con un abrazo.
Y te arrimo algo que recogí en esta mañana de la que
acabo de hablarte.
lacl
*****
(9:00 am)
La humanidad no tiene salvamento.
Cada vez acelera más el paso
en su camino hacia el abismo,
instigada por su sed de caos.
Pero es un caos dentro del khaos.
Es como si le doliera la posibilidad cierta
de vivir y morir a plenitud,
como lo hace todo capullo silvestre.
Por ello, quiere apurar la copa
sin gozar de la uva.
Prefiere la opción de la cicuta
a convivir con la angustia.
Pero, ¿Qué le angustia?
¿Por qué añora, con tanto fervor,
esa debacle?
¿Acaso se deba al extravío
de aquel hilo de plata
que le conducía
a los amorosos efluvios
de un lejano capullo?
(9:30 am)
Estoy vibrando.
Me estremezco como una flor
ante los embates del viento.
No puedo evitarlo
Estoy dolorosamente vivo.
De milagro logro
sostener la pluma.
*****
Otro abrazo…
LA.
Y un regalo, la magia de los celtas:
https://www.youtube.com/watch?v=RFFxd8us0iA
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