Hace
ya unas cuantas jornadas en las que no descargo nada de mis cuadernos. Una
breve estampa pergeñada hoy en uno de ellos ha servido de acicate para esta
breve colecta.
lacl.
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(Mayo 11, 2013,
mediodía)
Mi dieta de hoy:
sopa de ajo
con lágrimas.
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(Mayo 09, 2013,
madrugada)
Toda creación
es un canto
al adiós.
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(20 de Agosto de 2012)
De cuando en cuando me
doy, de buen grado,
a la revisión de mis
cuadernos,
pues me topo con un yo
que desconozco.
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(13 de Junio de 2012,
en el aire, rumbo a México y pensando en Sor Juana)
¿Es tránsito la vida,
con principio y fin?
¿Haz de luces
infiltrándose en las sombras?
¿Moridero precoz, dardo
insolente?
Las uñas en la piel,
arco dorado,
destrenzan la razón,
tejen milagro.
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(16 de Junio de 2011)
El gesto de la vida es
tan gratuito e impensado como el gesto de la muerte.
Gesto del gestar.
Y esa basura que llaman
pensamiento, adoquinada visión de mundo que bien sabe fungir como canto de
sirenas para el envanecimiento del yo, teje y desteje, con minuciosa filigrana,
el iridiscente marco de un espejo en el que no se guarda imagen alguna.
Ni siquiera la empañada
bruma,
huella breve de nuestro
respirar.
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(02 de Abril de 2012)
En lo que atañe
a fin y principio
últimos del ser,
todos somos
sabiamente
analfabetos.
De Inscripciones en
el dolmen
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(Mayo 05, 2013)
Me despierto en medio
de una conversa sobre el dolor y lo humano.
Lluvia intensa,
prolongada, que se derrama sobre la tierra como un cauce infinito, denso, que
todo lo colma con sus aguas. Un diluvio. Son como las cuatro de la madrugada.
Es casi imposible reconstruir la conversa, pues el corazón, el avance de la
mañana y el canto de los pájaros me tienden una trampa.
Hay dolores que no son
de uno y, sin embargo, nos hunden en el padecimiento. No se trata de los
dolores del prójimo que uno siente y padece con y por el prójimo; sino, más
bien, de aquellos dolores que se empinan como una impostura en el timbre del
alma. De esos que revelan a nuestras espaldas, en un silencio interior, cuán
muertas andan nuestras vidas.
Y como muy pocos se
prestan a escucharse en su silencio interior o porque deciden no tomar los
pasadizos que conducen a esa otra milagrosa y, acaso, atemorizante conversa,
viven aherrojados, cual condenados a una negación: la de no revelarse a sí
mismos, ni una sola vez en sus vidas, en la catarsis de su estremecido corazón.
Y, así, penas y
alegrías se esfuman como el chispazo de
un fósforo encarnando el irrecuperable recuerdo de un destello, un eco, humo y
un acre aroma desvaneciéndose entre los lienzos de la niebla.
Y el dolor toma la faz
de un sujeto incomprensible.
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(07 de Mayo de 2011)
Poniendo de lado el
sesgo crematístico que los mercaderes quieren endosarle a todo santo, fecha,
gesto o acto, saludemos a la madre al recordar que, en innumerables idiomas, la
palabra madre comienza con una eme (m) y que en tales lenguas, nuestros labios
y bocas hacen las veces del útero para gestar la palabra que las nombra:
primero se anuncia un sonido sordo, englobado, germinado como en un baño de
María, al que le sigue la eme (mmm) que rompe en palabra, creación…
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(Abril 23, 2012, 4 am)
Adonde quiera que
tiendo
mis manos
se extiende la
divinidad.
Variantes:
A)
Adonde quiera que
tiendo
mis manos
se tiende la divinidad.
…..
B)
Adonde quiera que
extiendo
mis manos
se tiende la divinidad.
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(Abril 26, 2012)
Lo que quiero es
soltura, libertad,
explayamiento, brisa
marina.
¿Qué más podría pedir?
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(Marzo 19, 2012)
Mis sueños están
poblados de sueños
en los que el único
desconocido soy yo.
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(Diciembre 12, 2011)
A mí no “me gusta”
escribir poemas,
porque no es una
cuestión de gustos,
es una cuestión de
trance.
Se escriben poemas
a pesar de uno
o muy a pesar de uno.
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