LÁGRIMAS, EDITH SITWELL
Mis lágrimas fueron el esplendor de Orión con séxtuples soles y el millón
De flores en los campos del cielo, donde se ponen los sistemas solares:
Las rocas de grandes diamantes en medio de la clara onda
Sazonada por rocíos de mayo y la luz temprana, engendrando nuevos diamantes.
Lloré por las glorias del aire, por los millones de auroras
Y los esplendores que dentro del corazón del Hombre guerrean con la tiniebla,
Lloré por las bellas reinas del mundo, relucientes como un macizo de flores;
Ya recogidas, unas a las seis, otras a las siete, pero todas en la mañana de la Eternidad.
Pero ahora mis lágrimas han mermado y caen como las horas:
Lloro por Venus cuyo cuerpo se ha convertido en una ciudad metafísica
Cuyo latido es ahora el ruido de revoluciones; por el amor convertido
En misericordia de hospital, las esperanzas de los sabios para el futuro.
Y por el Hombre oscurecido, esa compleja multiplicidad
De aire y agua, planta y animal,
Duro diamante, sol infinito.
Traducción de E. L. Revol. Poesía inglesa contemporánea, Ediciones Librerías Fausto, 1974.
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