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domingo, 29 de junio de 2025

Guarida de los poetas: GIRO DE LA LUNA - Robert Graves / Sala documental, Robert Graves



Me he encontrado con otra añeja versión de este poema de Robert Graves. Ya publiqué una versión el pasado 22 de abril. 

Fue quizás el primer poema del que intenté dar una versión propia en nuestra lengua; lo he dejado en un papelito escrito a lápiz, por años y años, dentro de un volumen de poesías de Robert Graves. Siempre me he caracterizado por ser paciente, aunque algunos pudieran definirme como un sempiterno procrastinador. Nada que ver. El tiempo del vivir no tiene que ajustarse por fuerza a nuestras humanas rotulaciones, lo cual incluye tomar por obligación o promesa el acto de compartir aquellas cosas que hacemos por amor o por gusto. 

Cada vez que me encontraba ese papelito me decía: voy a publicarlo en el blog, y, luego de dicha la frase, quedaba en el renglón de las tareas pendientes. Pues bien, esa tarea se cumplió. Ahora dejo otra humilde versión de este poema hermosísimo de Robert Graves. ¿Por qué lo considero hrmoso? Porque con un lenguaje muy sencillo canta aquello que siento tuétano de la vida, canto y ecuación que se resuelve en una simple y última frase. La poesía no es meramente alto vuelo de la palabra para alcanzar la belleza, es también la palabra que se ofrenda por honrar aquello que nos mueve, por entregarnos a aquello que se ama. 

Salud, lacl

*** * ***

GIRO DE LA LUNA - Robert Graves 


Nunca olvides quién trae la lluvia 

en ásperos sacos de piel de cabra desde un mar lejano: 

es la luna que gira, reparando 

los daños de largas sequías e insolaciones. 

Nunca cuentes con la lluvia, nunca la profetices, 

pues no hay poder que pueda traer la lluvia, 

excepto la luna que gira; y ¿quién puede gobernarla a ella?


Ella es partidaria de restringir las necesarias irrigaciones, 

por temor de que tal ofrenda pudiera devenir en obligación. 

Un mes, o dos, o tres, subrepticiamente, 

no cediendo, sino por capricho, 

quizás conjure desde el oeste sin nubes

una sola gota de agua para sorprender con esperanza 

cada expectante, macilento rostro. 


Fuese la luna un sol y podríamos nosotros contar con ella 

para traer la oportuna lluvia mientras giraba;

sin embargo, nadie recuerda dar gracias al imperturbable Sol por destellar potente en el verano y tibio en el invierno -

¿Por qué ha de padecer la luna tal rutina?


Pero si una noche ella nos trae, mientras gira, 

una suave, continua, pareja, copiosa lluvia 

que no daña ni la hoja ni la flor sino que dulcemente cae,

hora tras hora, hundiéndose en las raíces más profundas, 

y la tierra humedecida exhala con el alba 

un largo suspiro perfumado de pura gratitud, 

tal lluvia -la primera de nuestras vidas nos parece, 

no profetizada, lisonjeada, ni aguardada- 

es la mujer ofrendándose mientras ama. 


Robert Graves.

*** * ***

Sala documental, Robert Graves 

Agregamos acá una poética travesura de Robert graves que ya hemos publicado anteriormente en este blog, con el texto traducido a nuestra lengua.









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