Vistas a la página totales

martes, 8 de noviembre de 2022

¿Sabes, Arturo? lacl. Nota personal a Arturo Álvarez de Armas. (8 de noviembre de 2020) / Borges en la Divina comedia... Ely Ameling, aquella voz de mis amorosos recuerdos... Mahler.

 


¿Sabes, Arturo? por aquellos días una amiga, año 2014, ya no recuerdo si fue la Negra (Elisa) Maggi y otras amistades más, me comentaron que habían aparecido algunos aforismos de "contracorrientes" en El Nacional, pero jamás llegué a ver esa publicación, así que me dije, seguro que estaban viendo visiones. Y ahora veo que tú lo registraste. Gracias,. Te pido disculpas por mi sempiterno despiste, pues no lo había visto.

Un abrazo.

...

Esta nota me la había enviado  Arturo Alvarez de Armas el 28 de Febrero de 2020, pero como uno pasó a recibir, de manera abrupta, innumerables emails diarios por el messenger, pues me lo había saltado. Lo leí casi que por golpe de carambola cósmica, el 8 de noviembre de ese mismo año. Ese maremágnum de emails es, tengo la impresión, signo de estos tiempos, y quizás esté relacionado al asunto de la pandemia y el confinamiento y, acaso, más oscuramente, a maquinaciones del infausto y perverso mercadeo moderno. No lo sé. Su publicación, la cual no se podía compartir en la red de Facebook, que fue por donde me lo compartió, reza así:

Arturo Álvarez D Armas

28 de febrero · 

De Luis Alejandro Contreras.

"Aforismos del domingo".

En: Papel Literario. Caracas: 24 de agosto de 2014. P. 6. Sección: Siete Días. El Nacional.

***

Prosigo: He publicado pocos libros, pero eso no significa que no haya escrito unos cuantos más... Nunca me he esmerado demasiado en publicar.

Para la fecha de esa breve nota ya se había publicado Días de bruma, con el mismo sello...

El enlace en la red Facebook:

https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=pfbid0bqYPWSXgvsUvjB2We2QV9Pbs5p8CH9m9XNoC1WNKXuASTyPA2JLm3BDimQjmd2t2l&id=1344621446

A título post mortem, deseo aclarar que "contracorrientes - sentencias en incertidumbre" no es un libro propiamente de aforismos, como bien lo señalara Rafael Cadenas en ocasión de la presentación de su reedición: "es un libro difícil de catalogar". Esa noche el maestro Cadenas dio muestras de su esplendidez, pues presentó, al unísono, una novela de nuestro compadre y hermano Mario Amengual, intitulada "El abismo de los cocuyos", "Días de bruma, Apuntes y fragmentos de un escriba griego al servicio del imperio" y la reedición de este libro. 

Es un libro que yo califico como heterodoxo. Pues allí se juntan anotaciones (recogidas al vuelo y a lo largo de varios años) escritas en cuadernos, en hojas sueltas, en servilletas, en la parte interior de las contra carátulas o en las páginas en blanco de algunos libros, sobre papel periódico, en fin, en cuanta superficies sirviera de asiento para la escritura... 

Se compone de esbozos poéticos, adagios, anotaciones breves, memorias, reflexiones en torno a ars poética y ars vivendi, ironías, contradicciones, propuestas y contrapropuestas quizás emparentadas con el silogismo, entre otras menudencias. 

Pensado, de manera adrede, para ser publicado como Opera Prima, si esa junta de esbozos no podía publicarse antes que cualquiera otra cosa que saliera de mi mano, entonces no querría yo publicar nada más... Creo que es hora de intentar buscar un editor para algunos otros escritos que preparados están para vestirse de libro, aunque esta es, lo confieso, una tarea que no me luce muy cómoda.

En fin, dejaré a continuación el prólogo agregado a la segunda edición, aunque ya estaba escrito antes de publicar la primera edición:

Caro lector: no he pretendido, en modo alguno, “ejercer” aquí una variante de crítica intelectual ni, mucho menos, una rara especie de exégesis poética. Son apenas cinco o seis imágenes obsesivas que se repiten incesantemente, cambiando el color y corte de sus trajes. No es un libro de hallazgos, en el sentido de superación personal, tan en boga en nuestros días; si -hoy por hoy- todavía puede tener algún valor la palabra de un hombre, la confesión, la declaración sincera, puedo decirte que esta colecta de dicciones y contradicciones no ha tenido, en su gestación y orquestación, ninguna intencionalidad dirigida. Si ha de tener alguna, quizás sea la de cierto culto maniático por la poda de las ideas, lo que se traduce en una poda de las palabras (siempre me he encontrado incómodo entre jardines edulcoradamente adornados, me siento como un perfecto farsante). El azar se roba el papel del más terrible seductor; así que siento más bien a este libro, como una reunión -acaso un diálogo- de sorprendimientos (espero sea dispensado por el trance de tener que apelar a palabra inexistente, mas no lo puedo expresar de otra manera); sorprendimiento de la imagen subrepticia, la idea que se impone a fogonazos; sorprendimiento del sueño en la vigilia y de la imago que sale a flote engarzada entre las redes del sueño. Sorprendimiento de un lenguaje que quiere crecer a su capricho, a pesar de unas bien afiladas tijeras. Obviamente, hay en él algo de pensamiento -perogrulladas, tal vez, acaso haya que volver a ellas- pero, ni lo guardo bajo custodia ni lo creo de mi exclusividad, por fortuna. Si tuviera que decir algo, en mi descargo, para complacer o soliviantar el ánimo de los practicantes de la crítica con lupa, los cazadores de analogías, les diría -a riesgo de parecer altaneramente afirmativo- que tengo la certeza de la existencia de coordenadas, correspondencias del espíritu y del pensamiento en la memoria y el olvido; correspondencias del sentido, es decir, del pensamiento vivido, vibrado y de la vida padecida en el alma; correspondencias del instinto bruto, sabiamente animal y del humano sentimiento. Sostengo que tales correspondencias no podrán nunca obedecer a un acto de voluntad individual y que, además, no puede uno decidir alistarse en tales o cuales coordenadas. Se nace siendo instrumento y aunque somos, también, melodía, ni somos el solista, ni el director del coro. Tampoco pongo en duda la existencia de la voz que nos habla quedamente desde el otro lado del frágil espejo que somos; la voz cuyo influjo Robert Graves atribuyó a una Diosa Blanca. Acaso, de este libro, mía sea tan sólo la letra. Pero ya basta. Más no te puedo apuntar, porque ello sería transgredir lo azaroso de su decir.

.

© Luis Alejandro Contreras. contracorrientes - sentencias en incertidumbre, bid & co editor c. a., Colección Manoa, Caracas, 2006 .

Algunas panorámicas de la noche del bautizo (14-12-06), en la Librería "Lectura*. Y otras panorámicas de la presentación de la referida reedición en la Librería "El buscón".

.

UNA NOTA DEL 1RO. DE OCTUBRE DE 2015: He agregado la carátula de la reedición realizada en Noviembre de 2013 a la de 2006. No sé cuál fue la razón de que la editorial no la tratara como tal, corregida y aumentada, si tomamos en cuenta que en esa reedición se agregó el prólogo reproducido en esta glosa. No colocaron el año 2013 en la ficha bibliográfica de la reedición. Se limitaron a colocar de nuevo el año 2006 como "año de publicación".   

.

Los epígrafes de contracorrientes (sentencias en incertidumbre) de algún modo sirven, si no de guía temática, al menos sí, de aviso para los navegantes. Aquí los dejo…


«...todo ensayo es vivir...»

                   Armando Reverón


***

«...llegan momentos en los que uno está vencido...»

                                 Mi padre


***

«...El compromiso irrevocable con cualquier religión

     no es sólo un suicidio intelectual: también es

     un signo de profunda falta de fe, pues cierra la 

     mente a cualquier nuevo enfoque sobre el mundo.

     La fe es, por sobre todo, apertura: un acto de

     confianza hacia lo desconocido...»

                             Alan Watts


***        

«...Cuando la naturaleza se cuida tan poco de la vida

     individual, ¿ por qué deberíamos nosotros acariciar

     la fantasía de que la nuestra es de excepcional

     importancia ? ...»

              Robert Louis Stevenson


***

«...Palabras como rasgones.

     Escritura  inmediata, urgida, penetrante pero

     sin “designio” claro.

     Letras en la incertidumbre, no belles letres...» 

                          Rafael Cadenas



LIBRERÍA LECTURA 14 / 12 / 2006






LIBRERÍA EL BUSCÓN, 26 / 11 / 2013










Borges en la Divina comedia...  


Ely Ameling, aquella voz de mis amorosos recuerdos... Mahler.   




Caracas y su montaña...








No hay comentarios.: