Selene tras los matorrales.
La negrura se apodera de la noche
y enseñorea en la montaña
cuando, de pronto,
el resplandor de la diosa
comienza a dibujar
un blanco halo de plata
en sus contornos
y va subiendo al firmamento.
Así es ella,
esponja de la luz
en el corazón de la oquedad;
tenuemente, con sutil delicadeza,
anuncia los pasos que dará.
Es tan fina, casi imperceptible,
que algunos hombres,
que se creen sin tiempo
para reparar en matorrales
olvidan la potencia de su canto,
hermosa respuesta ante el Enigma
que brillara al inicio de sus días,
tanto como lo hará en sus despedidas.
Domestica el canto
de los búhos y los grillos
y amaestra el amor,
que se nos sale por la vista
y comienza a ascender
por los peldaños
que nos tiende su realeza.
lacl, Cantos a la noche, 19 01 2022.
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