La cifra o clave del momento, de la hora infausta que
vivimos, es que la moderna humanidad ha venido a convertirse en una red de
sociedades denigradoras. Esa es la “cultura” imperante. Una humanidad de
mascadores de chicle cuyo leit motiv es el de descargar sus insatisfacciones y
contrariedades arremetiendo por medio de la ira, la perversión, la
descalificación, el insulto y de todo lo que, a manera de puente o arma, provenga
del miasma de putrefacción que se hospeda en almas nunca ventiladas.
Hay que rescatar los ensayos de Pedro Salinas sobre las minorías,
pero no de manera intelectual, como es hoy entendido el intelecto, como si se
tratara de mentes conservadas en estado de criogénesis, diseccionadas del espíritu…
Las multitudes no encarnan nada bueno para la humanidad en general. Hay que
volver al mínimo reducto del individuo, a la persona, a su entorno
amoroso-amistoso. Y cuando se trate de pensar en humanidad, pensar -como quería
James Hillman- con el corazón.
lacl, Cuaderno del geógrafo, 04 10 2019
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Como si saber de qué estamos hechos fuese realmente saber
de qué estamos hechos...
lacl, Bitácora en acuario, 04 10 2019
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Jung decía, luego de la catástrofe de la Segunda Guerra
Mundial, que era menester, algo así como un Mea Culpa colectivo, no únicamente
en Alemania, sino en toda Europa. Creo que, salvando las distancias, tarde o
temprano tendremos que hacer algo similar en estas tierras...Y no me excluyo de
esa culpa. Nadie puede excluirse...Todos tenemos una mayor o menor cuota de
responsabilidad en la debacle espiritual y moral que nos agobia...
lacl, Septiembre 10, 2019
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Si Nietzsche no se hubiera caído del caballo de la división
de artillería prusiana, ¿habría escrito luego todo lo que escribió, tal y como
lo escribió?
lacl - Inscripciones en el dolmen - Cuaderno - 07, de
Septiembre, 2019
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(Y una más lejana en el tiempo...)
Siempre tengo en mente el poema de Kavafis, aquel intitulado “Esperando a los bárbaros”, es un poema que mueve los cimientos de eso que podríamos llamar vida ciudadana. Y para siempre ha quedado un eco de respuesta en mi corazón o en la memoria desde la primera vez que leí esos versos de Kavafis: “…No podemos esperar a los bárbaros, puesto que los bárbaros nunca se han ido…”
Siempre tengo en mente el poema de Kavafis, aquel intitulado “Esperando a los bárbaros”, es un poema que mueve los cimientos de eso que podríamos llamar vida ciudadana. Y para siempre ha quedado un eco de respuesta en mi corazón o en la memoria desde la primera vez que leí esos versos de Kavafis: “…No podemos esperar a los bárbaros, puesto que los bárbaros nunca se han ido…”
lacl, Inscripciones en el dolmen, 07 de Octubre, 2013
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Chavela Vargas y Eugenia Leon, Las ciudades.
Chavela Vargas, Las Simples Cosas
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