Carta a un defensor del Neronismo democrático
I
Neronismo democrático
Tiene usted, al menos, un problema de apreciación. El problema de los venezolanos es que históricamente lo que nos caracterizó fue la irresponsabilidad. Esa es la verdadera responsabilidad del ciudadano común, mal o bien acostumbrado a un papá estado que le echara unas migajas, mientras los sempiternos abogados del "quítate tú, para ponerme yo" comenzaron a hacer de las suyas con el erario nacional, prácticamente desde el mismo momento en que Bolívar dejó libres los espacios políticos en Venezuela. Esa ha sido nuestra cruda realidad como Nación.
Que nuestra nación haya sufrido la plaga de la corrupción no justifica el certificado de nacimiento de un sistema de corrupción mucho mayor, como es el caso que acaece hoy en Venezuela, con un gobierno verdaderamente plagado de amiguitos y "amiguetes" de la misma sazón de los que usted describe. Un despilfarro del pasado no justifica un mayor y descomunal despilfarro de hoy. El gobierno venezolano ha tenido un ingreso por encima de los ciento diez mil millones de dólares en los últimos cuatro años ($ 110.000.000.000,00 que, al cambio de Bs 1.900,00 X US$, nos da la cifra escalofriante de Bs. 209.000.000.000.000,00). Y la pobreza que -NADIE LO HA NEGADO- ya era un mal en la Venezuela pre-Chávez, saltó de un 45 % a 80 % de nuestra población durante los cuatro años de gobierno EMEVERRISTA. Chávez y sus acólitos ganaron las elecciones porque vendieron un discurso de limpidez en el manejo de las finanzas públicas, amén de la promesa de una obra cónsona con la sensibilidad hacia los desposeídos y amén de la promesa de instaurar un sistema en el que la justicia ciudadana sería respetada, por encima de todo otro interés. Pero a un mal ya mayor, obtuvimos como respuesta uno inmensurable. Es una vergüenza que se refiera usted a la inversiones en infraestructura, educación o industria, cuando este gobierno ha despilfarrado el mayor presupuesto de que haya gozado gobierno alguno en Venezuela. La mayor parte de quienes votaron por ese barranco que significaban Chávez y sus acólitos en el 98, lo hicieron para salir de una crisis -hoy agudizada por él y por sus huestes-, no lo hicieron para que falsearan nuestra historia ni para que incluyeran a Chávez como un caudillo paladín de libertades en nuestros libros de texto escolar, tal y como lo han hecho tan campantemente quienes se enlodan entre las delicateses ministeriales. Le acoto que nunca he sido político, que no he practicado el discurso laudatorio de quienes, en su momento, distribuyen cargos, sinecuras, comisiones o las tan tradicionales designaciones a dedo de quienes han llegado a ejercer "obra de gobierno" en Venezuela.
Es usted quien se merece a Chávez, pues avala una futura e hipotética corrupción, sin pensar en los medios de que los ciudadanos comunes disponemos para combatirla. Es usted quien evade sus responsabilidades como ciudadano. Si la mayoría de la gente está en la calle reclamando sus derechos de modo voluntario, es porque ha comenzado a tener conciencia, porque ha comenzado a sentirse responsable de lo que pasa en su país, porque ha comenzado a dar muestras de madurez. Y eso es algo para lo que Chávez y sus acólitos no estaban preparados. Por otra parte, ¿qué es esa amenaza "de lo que se nos viene encima"?, parece usted esconder algo amenazador en sus palabras, algo distinto y, quizás más escabroso, que las venideras y mayores dificultades económicas para todos previsibles. ¿Aboga usted por el "Principio de Autoridad" que se arrogan quienes usurpan los poderes de los ciudadanos, cuando ya ven agotadas sus "razones" ante la sociedad civil?
Discurso barato es el suyo, el mismo de quienes, desde el Poder, claman por una legitimidad enlodada y perdida desde el inicio de su gobierno, cuando se incautaron, por medio del dedo del ex-ministro Miquilena, todos los poderes públicos. Ese fue uno de los más aciagos golpes de estado que haya sufrido Venezuela. Y gracias a ese golpe es que hoy Venezuela ve correr la sangre de los ciudadanos que reclaman un estado constituido por el hombre y para el hombre, no para las sanguijuelas de turno. Léase usted "Los días de Cipriano Castro", de Mariano Picón Salas y se dará cuenta de que no hay gran diferencia entre lo que vivió la Venezuela de 1903 y lo que vive la del 2003; que no hay tantas diferencias entre "nuestro" Castro y nuestro Chávez.
Pretende usted que paguemos impuestos y cerremos los ojos, pues para eso es que están establecidos nuestros derechos, en su concepto. Pues yo le digo que siempre he pagado impuestos, durante toda mi vida, porque aunque siempre dije que vivíamos bajo una democracia autoritaria, signada de corrupción, entre otros males, uno debía dar el ejemplo y, además, predicarlo. Como decía mi viejo: "no basta con ser bueno, hay que aparentar serlo". Pero ¿qué es esa grosería propuesta recientemente por la bancada del gobierno (MVR) en la Asamblea Nacional, según la cual los diputados no estarán obligados a presentar un balance público de sus bienes ni antes ni después de haber ejercido su puesto en la Asamblea? Esa es otra de las mayores vergüenzas cometidas por parte de esos diputadillos que allí "nos representan". Y como le decía dos párrafos atrás, es la mayoría de los venezolanos (no la de los politiqueros tradicionales) la que ha abierto los ojos (y no pretenden cerrarlos, por lo visto) ante esta mascarada de legitimidad que secuestró los poderes públicos y cometió y sigue cometiendo todo tipo de atrocidades amparada en un discurso vocinglero y dadivoso de migajas para quienes, con justo derecho, claman por justicia social, mas sólo reciben un pedazo de pan y algunas monedas. Y aquí volvemos al tópico del mal mayor: a la inopia que se promueve desde nuestro sistema educativo o, simplemente, por la ausencia de este derecho, añadieron Chávez y sus acólitos un mal muchísimo mayor, como lo es el adoctrinamiento de gentes que no ha podido gozar los beneficios de una educación integral. Estos ciudadanos -que hoy claman a Chávez como a un Nerón Republicano- no ven que bajo sus narices les están arrebatando la verdadera posibilidad del pan de una democracia sin mayúsculas, pero edificable por todos y para todos. Esperemos que una cantidad cada vez mayor de venezolanos se aliste en las filas de quienes no están dispuestos a tragarse verdades acuñadas en moneditas de plomo y que en el futuro mantengan su vigilancia de lo que hacen los políticos que les representan. Sólo así es posible que una nación avance en pro de todos quienes la conformamos.
II
De un tal Fran
(Nota que motivó la carta inmediata anterior)
Que fácil es en este momento explayarse en discursos seudo intelectuales acerca de la situación que está sufriendo Venezuela. Una situación de la cuál son responsables muchos de los que ahora protestan , el que un país llegue a ciertos extremos tiene causas que en este caso todos conocemos la principal es la corrupción a la que han estado acostumbrados los venezolanos desde siempre donde hasta los más mínimos movimientos venian acompañados de sumas de dinero debajo de la mesa, donde tener amiguitos y amiguetes era lo más conveniente, donde los que más ganaban no pagaban impuestos. Hemos visto durante muchos años, en esos años en los que Venezuela tenia ingresos económicos que muchos otros paises envidiaban y no hicieron nada, sino despilfarrar! no se les ocurrió invertir en infraestructura, ni educación ni en la industria.
Lo que les pasa se lo tienen merecido y bien merecido y aunque Chavez se vaya nada se solucionará pués la corrupción y la ganancia fácil es lo que pudre a este pobre país. Primero a tomar conciencia y a educar al pueblo solo la justicia social y la responsabilidad ciudadana puede salvarlos de los que se les viene encima. si se quieren derechos se deben cumplir los deberes y pagar impuestos es un deber y esto vá para todos en mayor o en menor medida basta de palabrería fácil y discurso baratos.
De los debates que se daban en la web del desaparecido elmeollo.net 27/1/2003
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