Vistas a la página totales

miércoles, 27 de febrero de 2013

La sociedad del miedo - “Notas y aforismos de Wolfang de Bayreuth”, lacl / LAMENTO POR LA MUERTE DE PARSIFAL HOOLIG, Juan Gelman. / JUAN GELMAN CONVERSACIONES / GALERÍA DE IMÁGENES




La sociedad del miedo

El lunes de esta semana, durante la escucha de las gratas y lúcidas disertaciones en la Cátedra Pío Tamayo (como grato fue, también, el reencuentro), no pude evitar el recuerdo de esta breve glosa extractada de los Apuntes de Wolfang de Bayreuth.

Porque, si bien es cierto que las intervenciones y exposiciones no hicieron hincapié en este tema o faceta de la “situación reinante en el país” (parafraseando el mítico poema de Juan Gelman), la sombra del miedo siempre estuvo rondando en el aire, como una de las subliminales razones de la abulia que, como una peste, mantiene ahogadas las gargantas y, sobre todo, el libre albedrío de tanto ser que anda al tanto de que lo que se vive, en lo colectivo, es una desvergüenza, un dislate del espíritu, una carajada…

Creo que Borges nos estaba tan descaminado en darle preeminencia al factor individual de toda vida, por encima de los enroques y juegos de adhesiones de que se componen los humanos proselitismos. Obviamente, hay que saber vivir en vecindad, pero ello no debería jamás ser causa de que se justifiquen tantos desafueros de macro entidades como el grandilocuente “Estado”, por sobre las virtudes de la persona humana.

Debido a ello es que siempre he estado a favor de todo tipo de descentralización del poder temporal; pues, los hombres, cuando se juntan en cofradía con poderes sobre las multitudes, terminan por conculcar toda gama de derechos al resto de sus pares.

Es una tarea ardua, prácticamente impensable en medio de este enceguecedor oscurantismo de la hora, pero considero importante el que cada uno revise sus opciones, de cara al colectivo, y de cara a su más íntima esencia humana. Que sopese si no es hora de allegarse al vecino por un camino distinto, en el que no prevalezcan los cerrojos ni las camisas de fuerza de los mandamientos (bien se les justifique como ideológicos o místicos) sino, meramente, la calidad humana que se asienta en el corazón.

Es casi imperativo desmontar un andamiaje construido por el hombre (o, mejor, por clanes y sectas de hombres) para la perdición de la especie. Y perentorio es sumar voces para desentrañar las falsedades que pretenden instituirse en “credos” que jamás pretenderán otra cosa que apaciguar, adormecer y encorralar al ser humano, cual si se tratara de ganado de pasto.

Salud,
lacl
.

“…Vivimos en la sociedad del miedo. Si se moteja de oscurantismo al Medioevo, ¿de qué motejaremos a este tercer milenio, que no hace otra cosa que imponer tinieblas en los individuos? Las minorías gobernantes pactan para arrinconar al resto de la humanidad. El hombre nunca ha conocido lo que es el poder de la democracia (circunscribiendo el término rigurosamente al poder del pueblo por el pueblo y en atención a lo que decida el sentido común de la mayoría del colectivo), porque probablemente eso sea una entelequia. Lo que existe es el poder de la vida expresada en individuos que han de vivir colectivamente.

A las minorías gobernantes poco les importa el atrincherarse en esquinas antagónicas, pues eso sólo es una apariencia, una leyenda grabada a golpes de martillo en nuestra psique: unas y otras se convienen, se necesitan, se apuntalan para mantener incólume el statu quo del miedo. Es parte de su “método”. El que a estas alturas todavía prevalezca el modus operandi (que no el vivendi) de unas minorías gobernantes imponiendo la égida de su cetro sobre la humanidad, sólo puede indicar que la sociedad humana no ha avanzado mucho más que las sociedades de las hormigas o de las abejas. Aunque un signo esperanzador es el creciente desinterés que muestran cada vez más los seres humanos por la entelequia del poder…”


Tomado de “Notas y aforismos de Wolfang de Bayreuth”.

*******




Agregamos el siempre recordado poema de Juan Gelman, disminuyendo la fuente, pero poniéndola en negrilla, por respetar la largura de sus frases en el papel...


LAMENTO POR LA MUERTE DE PARSIFAL HOOLIG

empezó a llover vacas

y en vista de la situación reinante en el país

los estudiantes de agronomía sembraron desconcierto

los profesores de ingeniería proclamaron su virginidad

los bedeles de filosofía aceitaron las grampas de la razón intelectual

los maestros de matemáticas verificaron llorando el dos más dos

los alumnos de lenguaje inventaron buenas malas palabras

esto ocurrió al mismo tiempo

un oleaje de nostalgia invadía las camas del país

y las parejas entre sí se miraban como desconocidos

y el crepúsculo era servido en el almuerzo por padres y madres

y el dolor o la pena iba vistiendo lentamente a los chiquitines

y a unos se les caía el pecho y la espalda a otros y nada a los demás

y a Dios lo encontraron muerto varias veces

y los viejos volaban por el aire agarrados a sus testículos resecos

y las viejas lanzaban exclamaciones y sentían puntadas en la memoria o el olvido según

y varios perros asentían y brindaban con armenio coñac

y a un hombre lo encontraron muerto varias veces



junto a un viernes de carnaval arrancado del carnaval

bajo una invasión de insultos otoñales

o sobre elefantes azules parados en la mejilla de Mr. Hollow

o alrededor de alondras en dulce desafío vocal con el verano

encontraron muerto a ese hombre

con las manos abiertamente grises

y las caderas desordenadas por los sucesos de Chicago

un resto de viento en la garganta

25 centavos de dólar en el bolsillo y su águila quieta

con las plumas mojadas por la lluvia infernal



¡ah queridos!

¡esa lluvia llovió años y años sobre el pavimento de Hereby Street

sin borrar la más mínima huella de lo acontecido!

¡sin mojar ninguna de las humillaciones ni uno solo de los miedos

de ese hombre con las caderas revueltas tiradas en la calle

tarde para que sus terrores puedan mezclarse con el agua y pudrirse y terminar!



así murió parsifal hoolig

cerró los ojos silenciosos

conservó la costumbre de no protestar

fue un difunto valiente

y aunque no tuvo necrológica en el New York Times ni el Chicago Tribune se ocupó de él

no se quejó cuando lo recogieron en un camión del servicio municipal

a él y a su aspecto melancólico

y si alguno supone que esto es triste

si alguno va a pararse a decir que esto es triste

sepa que esto es exactamente lo que pasó

que ninguna otra cosa pasó sino esto

bajo este cielo o bóveda celeste


JUAN GELMAN 





.
GALERÍA DE IMÁGENES


 Barbarie en USA, 1930


Film Andrei Rublev, de Tarkovsky 


 Cartier Bresson Muro de Berlín



El Porteñazo, Venezuela, 1962. 400 muertos, 700 heridos. Héctor Rondón, Premio Pulitzer. 




















Posada



Venezuela, 1992. Vigilantes de la televisora del estado, asesinados en intentona de golpe  de estado.





Enola Gay, la nave que destruyó Hiroshima, exhibida cual heroína de la humanidad.






Venezuela. 1992. Todos pugnando por el poder, hasta el decrépito que buscando colmar esos espacios, afirmara que "No fue un intento de magnicidio". La historia se lo ha cobrado con creces, por la vergüenza que significó su segundo gobierno y por las enconadas  palabras con que lo despachó su ahijado y heredero de la silla de Miraflores...


No hay comentarios.: