Indagación
Hay una zona de
perversidad, un área oscura del alma humana que se contenta con lo abyecto,
aquello que la atrae hacia el abismo. Si el ser indiviso no puede habérselas
con esa zona sombreada de su casa interior, va camino hacia su perdición.
Es un sendero de
zarzas y obstáculos por el que debe pasar solo, una ardua prueba con la que
debe lidiar en la soledad de su pregunta más esencial, su sentido de vida. El
dejar esa interrogante abierta, de por vida, es indicio de que tal persona ha
vivido, al decir de Jung, una vida no vivida.
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Bitácora
acuariana. 22 de Diciembre de 2012, amanecer.
Stravinsky, Pastorale
(varias versiones)
Como para compenzar la balanza...
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