¿Seres "humanos" estrangulando niños, degollándoles, apaleándoles? ¿Asesinando a mansalva sin distingos y regodeándose en ello por las denominadas redes sociales?
No pueden ser otra cosa que enfermos, enfermos, enfermos. Innumerables creyentes del islam les han repudiado y aborrecido tanta inmundicia. Pero es que vivimos tiempos muy sombríos, lo sombrío no nos ha abandonado luego de las hecatombes padecidas en el siglo XX y consumadas en y por naciones de Europa del Este y del Oeste. Es una sociopatía lo que padece la humanidad, un carcinoma que ha tomado las almas. Quedan células sanas en la psique de la humanidad, sí, pero las células malignas, ya en un proceso de metástasis, tienden a expandirse.
Los extremismos van a acabar con la humanidad. Y hay signos de extremismo en todos los rincones del orbe. Gentes apoyando a pseudo guías que son o van a ser precisamente quienes con ellos cometan los peores desmanes.
Quiero dejar constancia, como lo he hecho a lo largo de mi vida, de que no apoyo extremismos de ninguna especie, provengan de donde provengan y se amparen en lo que se amparen. No estoy de acuerdo con Netanyahu y sus políticas. La enfermedad no conoce fronteras. Prefiero escuchar lo que tuvieron a bien decir y escribir personas como Amos Oz por un lado y Edward Said por el otro.
Recordemos que uno de quienes lograron una paz en la que nadie creía que podía ser posible (y obtuvo un premio Nobel en reconocimiento) fue luego asesinado, Isaac Rabin. Y que si se logró la paz fue porque entró en un pacto con la contraparte, Yaser Arafat. Pero los extremistas de lado y lado protestaron por ese acercamiento entre las partes. Nadie creía que Arafat podía ser partidario de la paz, pero lo fue, luego de tantos años de pugna, disputa y muerte. Peres, Rabin y Arafat dieron un primer paso, que si bien fue fallido lo fue precisamente por la actuación de los inconformes extremistas de lado y lado. Un acuerdo de paz multilateral era un escenario inconcebible, algo que no podían tolerar los "apasionados de la desdicha", tal como les denominara alguna vez Emil Cioran.
Recordemos una parte de las palabras de Isaac Rabin el día en que le asesinaron, en su propia tierra y a manos de un connacional:
"...Fui un hombre de armas durante 27 años. Mientras no había oportunidad para la paz, se desarrollaron múltiples guerras. Hoy, estoy convencido de la oportunidad que tenemos de realizar la paz, una gran oportunidad. La paz lleva intrínseca dolores y dificultades para poder ser conseguida. Pero no hay camino sin esos dolores..."
(Isaac Rabin)
Y citaré, para cerrar, un fragmento de Amos Oz que ya he citado anteriormente y que viene de su libro “Contra el fanatismo”:
“… En esencia, la batalla entre judíos israelíes y árabes palestinos no es una guerra religiosa. Aunque los fanáticos de ambos bandos hagan lo imposible por convertirlo en una guerra religiosa. Fundamentalmente, no es más que un conflicto territorial sobre la dolorosa cuestión: ¿De quién es la tierra? Es fundamentalmente un conflicto entre derecho y derecho, entre dos reivindicaciones muy convincentes, muy poderosas, sobre el mismo pequeño país. Ni guerra religiosa, ni guerra de culturas, ni desacuerdo entre dos tradiciones. Simplemente una verdadera disputa estatal sobre quién es el propietario de la casa. Y creo que puede resolverse… ”
(Amos Oz)
Salud, lacl.
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