Al margen del humano acontecer y de los asuntos sociales y culturales, quisiera dejar unas palabras respecto a la "confraternidad" globalizada que ha impuesto la plutocracia sobre los hombros de su lacaya tecnocracia.
Cuando las neo instituciones que en las últimas décadas se han atornillado al suelo, las que con brillo tecnológico vinieron a suplantar un mundo añejo, las acaso -en nuestra esperanza-llamadas a ser garantes de nuestra memoria social, son las que tratan las fuentes de la humana cultura como basura o desecho, ya podemos confirmar el altísimo grado de descomposición del tejido de nuestra psique colectiva.
Para nosotros, seres humanos de una modernidad empedernida, empeñada en oler a un infausto e ilusorio futuro, mas sumida en un presente que muele todo en una licuadora atiborrada de hueros contenidos; en un presente cuyo leitmotiv parece ser el de girar en un indeteninle carrusel de vitrinas atestadas de recetas y slognas, ha de resultar natural la pérdida de suelo, el desabrigo ante la noche o el día y la angustia ataviada de un desengañado conocimiento, ese "saber" que se empuja o empina para, al menos, prestarle a un desamparado yo, alguna apariencia de seguridad, alguna sensación de autoafirmación, aunque al mísero y zarandeado yo no le quede otra alternativa que callar en el ombligo de una desolación, cuando se mira en el íntimo y único espejo que yace en todo fuero interior.
Y, eso sí, saber que ese espejo está allí, reflejando el sinfin, el vacío fondo de una escena del absurdo y que para nada se compadece del natural anhelo de vivir en armonía y contrapunto con el regalo del cosmos, ha de ser una tragedia que no se representa en el ágora, sino que se padece y se porta silenciosamente en el revés de una solapa del alma.
El voraz proceso de la quema de neuronas va de la mano con el de la quema de las ideas, la quema de los libros, la quema del mundo afectivo, la quema del tiempo interior, la quema de los sentidos, la quema del natural -aunque desterrado- impulso de cooperación, la quema de la piedad.
La ya mal denominada civilización moderna ha sufrido un estallido, un Big Bang cuyo signo es incinerar, calcinarlo todo en un proceso de lobotomía general.
lacl, Anotaciones Android, 08 / 09 / 2021.
La imagen en el ánfora: Sísifo acarreando su peñazco.
Luis Eduardo Aute: La belleza.
Nota: este blog no tiene fines de lucro pública videos de música y otros contenidos artísticos por un interés exclusivamente cultural.
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