Breve semblanza de Ramos Sucre sobre los orígenes
del romanticismo y la función de la poesía. Apretada joya en la que evoca el
derecho a una ciudadanía del mundo y la luz irradiadora que la poesía salva
para el humanismo. Lucen lejanos esos tiempos mas, sin embargo, eso es el ayer.
Salud!
lacl
STURM
UND DRANG – José Antonio Ramos Sucre, La torre de Timón
Carlyle eleva a Cromwell con su cortejo austero y
fúnebre sobre los turbulentos regicidas del noventa y tres. Taine le objeta con
acierto que el propósito de los segundos contrasta con la filantropía, con el
motivo casi egoísta del puritano. Nuevos ideales habían ennoblecido durante el
siglo XVIII el apasionado anhelo de reforma.
El esfuerzo generoso de la Revolución ocasiona el
aserto muy socorrido y abundante de que la política desinteresada es prez
singular de Francia con el mismo título y en la misma proporción que el talento
discursivo, regular y consecuente. Ello es declarar por tenaz virtud de un
pueblo lo que es apenas mérito y carácter exclusivo de cierta época inaudita.
En la Europa sentimental de aquel siglo las personas cultas se preocupaban por
la suerte del hombre, abstracto y universal, como que todas ejercitaban y
honraban la razón, facultad propensa a omitir lo particular e individuante. En
Alemania, semillero para entonces de filósofos distraídos y perplejos,
abundaban naturalmente los weltbürger o ciudadanos del mundo. Los de Inglaterra
aplaudían a la faz de un gobierno réprobo las victorias de Washington. Estaba
de moda abstenerse del patriotismo, por mezquino, y oscilar entre la monarquía
constitucional de Montesquieu y la república democrática de Rousseau.
Dos poetas, Schiller y Shelley, a mutua distancia
de treinta años, albergan y retratan el sentimiento humanitario de aquellos
días ardientes. Los dos descontentos, nebulosos y oratorios. Intrépidos
heraldos, videntes irritados, bajo el cielo tormentoso y enigmático sostienen y
vibran en la diestra un haz de rayos.
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