Siempre he sospechado que Tomás de Aquino ha sido el molde del que Umberto Eco se sirvió para escribir su maravilloso relato El nombre de la rosa…
Dejo aquí fragmentos de uno de los libros "menos conocidos" de Santo Tomás que, pienso, vienen
al pelo con las argumentaciones de Guillermo de Baskerville, el monje que funge
de príncipe de las conjeturas en esa sabrosa novela.
Nunca he
podido echarle mano a las “Apostillas a El nombre de la rosa”
que luego Eco escribiera. Así que no he podido hurgar en torno a mi intuición. Pero
creo que eso es lo de menos. Espero que algún día caigan en mis manos tales
apostillas, las que leeré, ante todo por mero gusto, antes que por una necesidad
de corroboración.
Salud!
(lacl)
“…cuando los
cuerpos superiores ejercen su acción sobre un elemento, actúan por su similitud
y, además producen algo parecido a ellos mismos y casi de la misma especie. Por
lo tanto ya que producen el elemento del elemento y la cosa elementada de la
cosa elemental, se puede necesariamente deducir que participan ellos mismos de
la naturaleza del elemento…”
“…Sublimé
pues una cantidad de mercurio bastante grande para que la fijación de sus
disposiciones internas no fuera alterada, es decir para que no se sutilice al
fuego; así sublimado, lo hice disolver en el agua a fin de perpetuar la
reducción a materia prima, con esta agua empapé ampliamente cales de plata y
arsénico sublimado y fijado; después hice disolver el resultante en estiércol
de caballo caliente; congelé la disolución y obtuve una piedra clara como el
cristal que tenía la propiedad de romper la partículas de los cuerpos, de
penetrarlos y de fijarse fuertemente de tal manera que un poco de esta
substancia, proyectada sobre una gran cantidad de cobre, la transformaba
inmediatamente en una plata tan pura, que era imposible encontrar otra mejor.
Quise comprobar si igualmente podía convertir en oro nuestro azufre rojo; lo
hice hervir a fuego lento; este agua se volvió roja la destilé al alambique y
obtuve como resultado en el fondo de la cucúrbita azufre rojo puro que congelé
con la mencionada piedra blanca a fin de convertirla igualmente en roja.
Proyecté una parte sobre una cantidad de cobre y obtuve oro muy puro…”
* * * * *
Del
Procedimiento de Reducción de Júpiter También Llamado de la Obra del Sol
“...Para la Obra del Sol, toma vitriolo bien
depurado, rojo y bien calcinado, y disuélvelo en orina de niños. Destilas esta
solución y repites tantas veces como sea necesario para obtener un agua muy
roja. Entonces mezclarás este agua con el agua susodicha antes de la
congelación; colocarás estos dos cuerpos en estiércol durante algunos días con
el fin de que se incorporen mejor los destilarás y congelarás juntos. Obtendrás
entonces una piedra roja parecida al Jacinto una parte de la cual proyectada
sobre siete partes de Mercurio o de Saturno bien depurado se transformará en
oro refinado.
Encontramos en estos libros cantidad de
operaciones confusas y en número infinito, que no hacen más que inducir a los
hombres al error y de las que es superfluo hablar. No es por avaricia por lo
que ha tratado de la ciencia, sino con el fin de constatar los efectos
admirables de la naturaleza y buscar sus causas, no tan sólo, las generales
sino las especiales e inmediatas, no tan sólo accidentales sino esenciales; de
ello he tratado extensamente al igual que de la separación de los elementos de
los cuerpos.
Esta obra es verdaderamente cierta y perfecta,
pero exige tanto trabajo y sufro tanto la imperfección de mi cuerpo, que no lo
intentaré en absoluto, a menos de una necesidad imperante. Lo que he dicho aquí
sobre los minerales basta ampliamente…”
Tomas de
Aquino
.
https://www.youtube.com/watch?v=JRWJJOG0b1s
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