Es esa voz que desconozco porque opera a trastiendas,
porque aparece cuando le viene en real gana. Y porque, así como vuelve, se va; y
como se va, viene. Agradezco sus irrupciones, los pasmos o extrañezas que viene
dispuesta a causar. ¿Qué sería de nosotros sin la puntual asistencia del enigma?
Verbigracia, un olvido:
*******
Esta noche, al regar las plantas:
Orión, sobre mis hombros, no pesa lo que pesan mis pasos
sobre mi sombra.
Hemos confrontado algunas
limitaciones para estar en la red. Pero no quisiera dejar que pase por alto
esta tozuda iniciativa de nuestro muy querido amigo, el poeta Roberto
Arizmendi, del amado México, quien con su empeño logró la publicación de esta
colecta: Sesenta voces cantándole al agua. El libro lo ha titulado bellamente:
Cauces de vida y esperanza, en clara alusión a Rubén Darío.
Cuadra encantadoramente a mi
tesitura de espíritu el rol de ser, siempre, el último de la fila. Y así
aparezco, muy honrosamente, en esta antología, al lado de tantas apreciadas
voces, cuidándoles la retaguardia... Aunque es una no tan poética licencia que
me tomo, pues la orquestación del libro es por países, en su orden alfabético.
Pero como no desdecimos de nuestro suelo y en él fuimos amamantados, para
nosotros es un honor y es natural ceder el paso y cuidar siempre de las
retaguardias.
Queremos extender nuestra
enhorabuena como nuestras gracias por y para Roberto, por su humanidad, por los
lectores que puedan venir y por los convidados a esta mesa para celebrar las
aguas...
Para quienes deseen darse al
gusto de leer un libro de cantos dedicado a este casi infinito asunto de las
aguas, les dejamos acá el enlace que lleva al libro. Es curioso que haya
infinitud en una materia de la que no cabe sospechar que sea infinita para el
cosmos, cuando lo que en mayor medida hemos logrado constatar es que si algo lo
colma es espacio y fuego en su seno. El agua, acaso, es un milagro. Aunque cabe
también sospechar que la tierra no sea el único rincón del cosmos donde ese
milagro se suscita...
lacl, 31 de enero de 2021.
Cauces de vida y esperanza
Compilador Roberto Arizmendi
Para obtener el libro, favor copiar y pegar el enlace de abajo en su buscador o browser:
Los participantes en esta
hermosa iniciativa enviamos unos cuatro textos per cápita. Yo voy a dejar acá
sólo un conato de poema que escribí al propósito de este convite. es decir, fue escrito para
este libro...
Salud!
lacl
Agua viajera es nuestro cuerpo
El agua, tan dócil a los afanes de la
creación,
cobra la forma que los
elementos le dan,
canta al ritmo que los cuerpos
le brindan.
Agua viajera
es nuestro cuerpo
en tierra viviente;
una tierra que sabe bailar,
armónicamente, al unísono con
ella,
pues, siendo suave y
sensitiva,
el agua, que todo lo horada,
al final lo disolvería.
La palabra que todo lo
contiene,
siendo suma de los elementos,
es la palabra impronunciable,
pues en ella se armonizan
todas las palabras
y en veces, ellas, en su
adoración,
vanamente buscan la fuente,
indagan la palabra matriz que
les dio vida,
un tanto inadvertidas ante el
hecho de que,
en su soledad, se sientan
desamparadas;
un tanto inadvertidas de que
todas ellas,
al juntarse, formen la
bóveda
de silencio donde resuenan…
Pero cuando dejan de inquirir
lo que no pueden ver ni
auscultar,
aun cuando vibra radiante ante
sus ojos
mientras repica en sus
ombligos,
se entregan al jubileo del
cosmos,
empiezan a cantarse a sí
mismas,
olvidan su olvido
y comienza nuevamente la
danza.
Y son como el agua irrigando
nuestra tierra viviente.
Uno de esos textos que se quedan traspapelados entre carpetas o archivos...
lacl, 30 de enero de 2006
Post scriptum: Es uno de aquellos textos que se quedan engarzados en alguna pestaña del pasado. Aquellas cosas a las que uno no les encuentra cabida y que quizás no tengan otra razón de ser que la de servirnos de diario. Es, por lo demás, un texto al que le he dado muchas vueltas a lo largo de los años sin que logre convencerme. Lo dejo, pues, como una entrada en un diario.
(lacl)
Agrego estas estampas dado que fueron captadas ese año, el 14 de Diciembre de 2006, con motivo de la presentación de "contracorrientes - sentencias en incertidumbre", con el sello bid&co
Esta tarde estuvieron María Luisa y Luis Amado en los
aires. Mientras cocinaba, escuchábamos un álbum de Sadel que no solemos
escuchar. Y la sorpresa fue que ponerlo fue disparar la memoria, la jovialidad
casada con la melancolía. Mientras cocinaba lo que hacía era bailar... ¿Iba a
buscar una tasa de agua para mantener una salsa? Iba. Pero iba y regresaba
bailando. Picaba la cebolla, el tomate o los cebollines y lo hacía bailando
sobre un ladrillito, entre llorosas sonrisas Porque me di cuenta (recordé) que
yo, antes de mis clases de baile con Cantinflas, con Tin Tan y con Resortes,
las tuve con un par de maestros: María Luisa (Maruja) y Luis Amado. Yo los veía
bailar y ni sabía hablar, sólo sé que estaba enamorado de sus amores, cómo sus
pasos se entrecruzaban mientras sus rostros miraban al infinito con una
fruición inextinguible. Yo me movía por la sala donde estuvieran bailando sólo
para verles, nada debía interponerse a lo mirado. Me di cuenta (recordé) que
esa fue mi primera experiencia del amor como certeza, testimonio de un ver y de
un sentir. Y me di cuenta (recordé) que siendo apenas un niño me preguntaba si
cuando fuese grande viviría todo aquello que veía... Creo que puedo decir (así
como darme cuenta y recordar) que con su baile ellos nos estaban enseñando algo
más que a bailar...
lacl, 24 / 01 /21
*******
Quiéreme Mucho, Alfredo Sadel
Sadel fue un versátil compositor. Verbigracia, esta canción:
Una canción apenas
Lo siento por ti
Madrigal
Memorabilia
Tarjeta de bautizo de Luis Amado, mi padre...
Mi padre a la derecha, a la izquierda mi tío Luisito. Y en el centro, el poeta José Parra, patriarca amoroso de la cuadra.