Arte y poesía: vigencia de toda expresión lúdica, gesto o acto non servil en tiempos tan obscuros como los actuales. Disertaciones sobre el culto añejo de ciertos antagonismos: individuo vs estado, ocio y contemplación vs labor de androides, dinero vs riqueza. Ensayos de libre tema, sección sobre ars poética, un muestrario de literatura universal y una selección poética del editor. Luis Alejandro Contreras Loynaz.
Nota Bene: este blog comparte contenidos humanísticos, artísticos o culturales. Los derechos de autor de los videos aquí compartidos pertenecen a sus realizadores. Gracias por comprenderlo. En caso de que un enlace sea bloqueado, podrá ser visto en su red natural.
Y el film, esperemos que no lo vuelvan a retirar de la red...
P. S. (04/10/2020)
Y le dieron de baja, otra vez. Qué lástima que persigan tanto su divulgación, cuando es una obra que debería ver todo el mundo. Aquí agregamos otro enlace que lleva a esa maravilla de film. Sólo pretendemos darla a conocer a quienes no la hayan visto jamás. Es perentorio, pues ayuda a tener una visión más humana del mundo y de la importancia de nuestra relación con él...
Sobre el arduo asunto de escribir poesía,
Wislawa Szymborska, una vez pescó en sus redes este aforismo de Carl Sandburg:
“La poesía es el diario escrito por una criatura del mar, que vive en la tierra
y desea volar”. Debajo reproducimos el texto de donde es convocada esta joya. Y, más abajo, algunos enlaces para la Guarida de los poetas.
Salud!
lacl
Fuente: El malpensante. En la sección de
Artículos, Traduce: Cristina Esguerra (*)
Cómo
escribir y cómo no escribir poesía
Wislawa Szymborska .
Durante tres décadas, Wislawa
Szymborska escribió una columna en el periodico polaco Vida Literaria. En ella
respondía las preguntas de personas interesadas en escribir versos. Esta
selección es una muestra de esta paciente y prolongada pedagogía poética.
Para Heliodor, de Przemysl
Escribes: “Sé que mis poemas tienen
muchos errores, ¿y qué con eso? No voy a parar a corregirlos”. ¿Y por qué no,
querido Heliodor? ¿Será que para ti la poesía es sagrada? ¿O tal vez la
consideras algo insignificante? Ambos modos de acercarse a ella son errados, y
lo peor es que liberan al neófito de la necesidad de trabajar en sus versos. Es
gratificante y placentero decir a nuestros conocidos que el espíritu se apoderó
de nosotros el viernes a las 2:45 p.m. y comenzó a susurrarnos misteriosos
secretos al oído. Lo hizo con tal vehemencia que escasamente tuvimos tiempo de
anotarlos. Pero en casa, a puerta cerrada, corregimos con ahínco. Tachamos y
revisamos esas expresiones que parecen de otro mundo. Los espíritus son una
maravilla, pero hasta la poesía tiene su lado prosaico.
Para H. O., de Poznan, un posible
traductor
El traductor no está obligado a serle
fiel al texto únicamente. Debe dejar ver la belleza de la poesía conservando su
forma y reteniendo, en la medida de lo posible, el estilo y el espíritu de la
época.
Para Grazyna, de Starachowice
Quitémosnos las alas y tratemos de
escribir con los pies sobre la tierra, ¿sí?
Para el señor G. Kr., de Varsovia
Necesitas un bolígrafo nuevo. El que
tienes comete muchos errores. Debe ser extranjero.
Para Pegaso, de Niepolomice
En rima, preguntas si la vida tiene
centavos. Mi diccionario responde que no.
Para el señor K. K., de Bytom
Utilizas el verso libre como si su
libertad fuera absoluta. Pero la poesía (a pesar de lo que pueda decirse) es,
era y será un juego. Y, como todos los niños saben, los juegos tienen reglas.
¿Por qué lo olvidan los adultos?
Para Putzka, de Radom
El aburrimiento debe ser descrito con
gusto. ¿Cuántas cosas están ocurriendo en un día en el que no pasa nada?
Para Boleslaw L-k, de Varsovia
Tus dolores existenciales te vienen
con demasiada facilidad. Ya hemos padecido suficiente desesperanza y nos hemos
adentrado en las sombrías profundidades demasiadas veces. “Los pensamientos
profundos –dice mi querido Thomas (Mann, por supuesto, ¿de cuál otro podría
tratarse?)– deben hacernos sonreír”. Leyendo tu poema “Océano” nos descubrimos
forcejando en un pozo poco profundo. Concibe tu vida como una aventura
extraordinaria que te ha acontecido. Por el momento ése es nuestro único
consejo.
Para Marek, también de Varsovia
Tenemos por fundamento la creencia de
que todos los poemas que versan sobre la primavera quedan automáticamente
descalificados. El tema ha dejado de existir en la poesía. Por supuesto,
continúa desarrollándose como parte de la vida. Pero se trata de dos asuntos
distintos.
Para B. L., de los alrededores de
Breslavia
El miedo al discurso preciso, el
esfuerzo constante por convertir todo en una metáfora, la inagotable necesidad
de que en cada línea se demuestre que eres un poeta: éstas son ansiedades que
acosan a todo poeta en formación. Pero pueden curarse si se descubren a tiempo.
Para Zb. K., de Poznan
A lo largo de su vida la mayoría de
los poetas no han utilizado tantas palabras majestuosas como las que has
apiñado en tres cortos poemas. “Patria”, “verdad”, “libertad”, “justicia”. Ese
tipo de palabras no deben tomarse a la ligera. Sangre de verdad las recorre y
la tinta no puede reemplazarla.
Para Michal, en Nowy Targ
Rilke advirtió a los jóvenes poetas que
los temas majestuosos son difíciles y exigen una gran madurez artística. Les
aconsejó escribir sobre lo que observan en torno a ellos y cómo viven cada día;
sobre lo que se ha perdido y lo que se ha encontrado. Los animaba a utilizar lo
que estaba a su alrededor como herramienta para desarrollar su arte; imágenes
de los sueños, objetos del recuerdo. “Si la vida diaria te parece pobre
–escribió–, no la culpes. La culpa es tuya. No eres tan buen poeta como para
percatarte de su riqueza”. Este consejo te puede parecer superfluo y estúpido.
Por eso sustentamos nuestro argumento con uno de los poetas más esotéricos del
mundo de la literatura. ¡Observa cómo alaba las cosas ordinarias!
Para Ula, de Sopot
Definir la poesía en una frase...
¡vaya! Conocemos por lo menos quinientas definiciones, pero ninguna nos parece
lo suficientemente precisa y abarcadora a la vez. Cada una expresa el sabor de
su época. Un escepticismo de nacimiento nos impide dar una definición propia.
Pero recordamos un hermoso aforismo de Carl Sandburg: “La poesía es el diario
escrito por una criatura del mar, que vive en la tierra y desea volar”. ¿Será
que él lo escribirá un día de estos?
Para L-k, de Slupsk
Requerimos más de un poeta que se
compara con Ícaro que lo que el largo poema cifrado nos revela. Señor L-k,
usted no cuenta con que el Ícaro de hoy en día tiene que elevarse sobre un
paisaje distinto al de la antigüedad. Ve autopistas repletas de carros y
camiones, aeropuertos, pasarelas, grandes ciudades, puertos modernos y costosos
y demás cosas por el estilo. ¿No le pasaría por el lado un jet de vez en
cuando?
Para T. W., de Cracovia
En el colegio no se pierde tiempo en
un análisis estético de las obras literarias. Las temáticas centrales se
estudian junto con el contexto histórico. Ese tipo de conocimiento es crucial
pero no será suficiente para quien desee convertirse en un lector
independiente, bueno; y menos aún para alguien con ambiciones creativas.
Nuestros jóvenes corresponsales a menudo se sorprenden de que sus poemas sobre
la reconstrucción de Varsovia después de la guerra, o acerca de las tragedias
vividas en Vietnam, no sean lo suficientemente buenos. Están convencidos de que
una intención honorable puede pasar por encima de la forma. Si quieres ser un
buen zapatero no basta que te entusiasme el pie humano. Tienes que conocer tu
material, tus herramientas, escoger el modelo correcto. Con la creación
artística ocurre lo mismo.
Para el señor Br. K, de Laski
Tus poemas en prosa están impregnados
de la figura del Gran Poeta que escribe sus extraordinarias obras llevado por
la euforia del alcohol. Podríamos adivinar cuál es el personaje que tienes en
mente, pero los apellidos no son el tema que nos ocupa en este último análisis.
Nuestro interés se centra en la errada convicción de que el alcohol facilita el
ejercicio de la escritura, envalentona la imaginación, agudiza el ingenio y
realza otras funciones que entusiasman al espíritu bardo. Mi querido señor K,
ni esta poeta, ni ninguno de los que conocemos y con seguridad tampoco los que
nos son desconocidos, han escrito jamás algo de valor bajo la influencia del
alcohol. Toda buena obra surge de un trabajo minucioso llevado a cabo en medio
de los dolores de la sobriedad y sin ningún zumbido placentero rondando en la
cabeza. “Siempre he tenido ideas, pero después del vodka me duele la cabeza”,
dijo Wyspianski. Si un poeta consume alcohol, es entre un poema y el otro. Ésta
es la cruda realidad. Si el alcohol promoviera la buena poesía, entonces cada
tercer ciudadano de este país sería por lo menos un Hortensio. Nos vemos forzados
a rebatir otra leyenda más. Esperamos que emerjas ileso de entre las ruinas.
Para E. L., en Varsovia
Quizá puedas aprender a amar en la
prosa.
Para Esko, de Sieradz
La juventud es un período interesante
en la vida de una persona. Si a las dificultades de la juventud les sumas la
ambición de escribir, hay que tener un carácter fuerte para sobrellevar el
estrés. Tener cualidades como la perseverancia, la rapidez, poseer un amplio
bagaje literario, ser curioso y mirar con atención. Hay que saber tomar
distancia de uno mismo, ser capaz de sentir el dolor ajeno, tener una mente
crítica, sentido del humor y la irrompible convicción de que el mundo se
merece: a) seguir existiendo, y b) más suerte de la que ha tenido hasta ahora.
Los poemas que nos has mandado dejan ver un deseo por escribir pero no alguna
de las cualidades antes mencionadas. Tienes bastante trabajo por delante.
Para Kali, de Lodz
“Por qué” es la combinación de
palabras más importante en cualquiera de los idiomas de este planeta y es
probable que ocurra lo mismo en las otras galaxias.
Para el señor Pal-Zet, de
Skarzysko-Kamieanna
Los poemas que has enviado sugieren
que no has logrado percibir una diferencia fundamental entre la poesía y la
prosa. Por ejemplo, el poema titulado “Aquí” es meramente una descripción en
prosa de un cuarto y sus muebles. En prosa una descripción así sirve a una
función específica: presenta el escenario de la acción que viene. En un momento
la puerta se abrirá, alguien entrará y algo pasará. En la poesía la descripción
misma debe “suceder”. Todo se vuelve significativo, la elección de las
imágenes, su disposición, la forma que toma en las palabras. La descripción de
un cuarto ordinario debe aparecer ante tus ojos como el descubrimiento de ese
cuarto, y la emoción contenida en esa descripción debe ser compartida por los
lectores. De otra manera, la prosa se queda prosa, aunque te esfuerces en
cortar oraciones en columnas de verso. Y lo que es peor, nada pasa.
Memorias
y desmemorias: Angelus Silesius, Guillent Pérez.
Una vez el profesor J. Guillent Pérez
nos soltó de manera coloquial, en una de esas heteróclitas lecturas de la
escuela de Letras de la UCV, en las que se trataba sobre el ser y la nada, una
frase que atribuía a Angelus Silesius:
-¿Por qué te afanas en
el por qué? Conténtate con el porque.
No recuerdo ya, si en mis pesquisas
posteriores, llegué a dar con ella. Mis búsquedas iniciales me produjeron dolor
de cabeza, pues no hallaba de donde sacar yo mineral precioso. Recuerdo sí,
esta otra, que se ha quedado como tatuada con fuego en la memoria:
La rosa es sin por qué, florece porque
florece.
(Die rose ist ohne warum sie blühet weil sie blühet.)
He de volver a las fuentes, esto es, a
mi tomo de Silesius, porque me intriga no recordar si di con esa frase exactamente
o si acaso se trataba de una relectura o reinterpretación de algún adagio por
parte del recordado Guillent, lo que también me parecería válido.
Nos parece mucho más sobria la lectura que de esta fábula se hace en la versión inglesa, pero dejamos también una versión castellana. Ariadna y Minotauro siguen dejándonos hilos para tejer sobre su historia... Post data (07 de Septiembre, 2015).- La lectura en lengua castellana ha sido dada de baja. Y no conseguimos ninguna otra que sea, al menos, sobria... Igualmente han dado de baja la lectura "on line", lamentablemente. Trataremos de subsanar esa laguna agregando luego el texto completo. Post Scriptum (10 de Octubre, 2016: En vista de que la lectura anterior, en lengua castellana, ha sido de baja, agregamos otra que complace... Post Scriptum (1ro de Abril 2017): he desincorporado los enlaces que fueron dados de baja, pues eran ventanas vacías y he agregado, al final -luego de los enlaces con las lecturas- el relato de La Casa Asterión.
http://www.youtube.com/watch?v=yoXnZ-wyMsU
Jorge Luis Borges
(1899–1986)
La casa de Asterión
(El Aleph (1949)
Y
la reina dio a luz un hijo que se llamó Asterión.
Apolodoro: Biblioteca, iii, I.
Sé
que me acusan de soberbia, y tal vez de misantropía, y tal vez de locura.
Tales acusaciones (que yo castigaré a su debido tiempo) son irrisorias. Es
verdad que no salgo de mi casa, pero también es verdad que sus puertas (cuyo
número es infinito) están abiertas día y noche a los hombres y también a los
animales. Que entre el que quiera. No hallarán pompas mujeriles aquí ni el
bizarro aparato de los palacios, pero sí la quietud y la soledad. Asimismo
hallará una casa como no hay otra en la faz de la tierra. (Mienten los que
declaran que en Egipto hay una parecida). Hasta mis detractores admiten que no
hay un solo mueble en la casa. Otra especie ridícula es que yo,
Asterión, soy un prisionero. ¿Repetiré que no hay una puerta cerrada, añadiré
que no hay una cerradura? Por lo demás, algún atardecer he pisado la calle; si
antes de la noche volví, lo hice por el temor que me infundieron las caras de
la plebe, caras descoloridas y aplanadas, como la mano abierta. Ya se había
puesto el sol, pero el desvalido llanto de un niño y las toscas plegarias de la
grey dijeron que me habían reconocido. La gente oraba, huía, se prosternaba;
unos se encaramaban al estilóbato del templo de las Hachas, otros juntaban
piedras. Alguno, creo, se ocultó en el mar. No en vano fue una reina mi madre;
no puedo confundirme con el vulgo, aunque mi modestia lo quiera.
El hecho es que soy
único. No me interesa lo que un hombre pueda trasmitir a otros hombres; como el
filósofo, pienso que nada es comunicable por el arte de la escritura. Las enojosas
y triviales minucias no tienen cabida en mi espíritu, que está capacitado para
lo grande; jamás he retenido la diferencia entre una letra y otra. Cierta
impaciencia generosa no ha consentido que yo aprendiera a leer. A veces lo
deploro, porque las noches y los días son largos. Claro que no me faltan distracciones. Semejante al carnero que va a embestir,
corro por las galerías de piedra hasta rodar al suelo, mareado. Me agazapo a la
sombra de un aljibe o a la vuelta de un corredor y juego a que me buscan. Hay
azoteas desde las que me dejo caer, hasta ensangrentarme. A cualquier hora
puedo jugar a estar dormido, con los ojos cerrados y la respiración poderosa.
(A veces me duermo realmente, a veces ha cambiado el color del día cuando he
abierto los ojos). Pero de tantos juegos el que prefiero es el de otro
Asterión. Finjo que viene a visitarme y que yo le muestro la casa. Con grandes
reverencias le digo: Ahora volvemos a la encrucijada anterior o Ahora
desembocaremos en otro patio o bien decía yo que te gustaría
la canaleta o Ahora verás una cisterna que se llenó de arena o Ya
verás como el sótano se bifurca. A veces me equivoco y nos reímos
buenamente los dos.
No sólo he imaginado
esos juegos; también he meditado sobre la casa. Todas las partes de la casa
están muchas veces, cualquier lugar es otro lugar. No hay un aljibe, un patio,
un abrevadero, un pesebre; son catorce [son infinitos] los pesebres, abrevaderos,
patios, aljibes. La casa es del tamaño del mundo; mejor dicho, es el mundo. Sin
embargo, a fuerza de fatigar patios con un aljibe y polvorientas galerías de
piedra gris he alcanzado la calle y he visto el templo de las Hachas y el mar.
Eso no lo entendí hasta que una visión de la noche me reveló que también son
catorce [son infinitos] los mares y los templos. Todo está muchas veces,
catorce veces, pero dos cosas hay en el mundo que parecen estar una sola vez:
arriba, el intrincado sol; abajo, Asterión. Quizá yo he creado las estrellas y
el sol la enorme casa, pero ya no me acuerdo.
Cada nueve años entran
en la casa nueve hombres para que yo los libere de todo mal. Oigo sus pasos o
su voz en el fondo de las galerías de piedra y corro alegremente a buscarlos.
La ceremonia dura pocos minutos. Uno tras otro caen sin que yo me ensangriente
las manos. Donde cayeron, quedan, y los cadáveres ayudan a distinguir una
galería de las otras. Ignoro quiénes son, pero sé que uno de ellos profetizó,
en la hora de su muerte, que alguna vez llegaría mi redentor. Desde entonces no
me duele la soledad, porque sé que vive mi redentor y al fin se levantará sobre
el polvo. Si mi oído alcanza todos los rumores del mundo, yo percibiría sus
pasos. Ojalá me lleve a un lugar con menos galerías y menos puertas. ¿Cómo será
mi redentor?, me pregunto. ¿Será un toro o un hombre? ¿Será, tal vez, un toro
con cara de hombre? ¿O será como yo?
El sol de la mañana
reverberó en la espada de bronce. Ya no quedaba ni un vestigio de sangre.
—¿Lo creerás, Ariadna?
—dijo Teseo—. El minotauro apenas se defendió.
Para
mi compadre Mario Amengual, una versión de The wall (la que he preferido
traducir por “El muro” antes que por “La pared”). Por cosas de la vida, mi
compadre dio, inopinadamente, con este maravilloso poeta en los pasillos de la
FIL de Bogotá, hace ya unos cuantos años. Quedamos tan deslumbrados que, de
inmediato, quise un ejemplar para mí. Había quedado como muchacho malcriado al que
se le niega un manjar.
Razón
por la que mi compadre me obsequió un ejemplar del libro de Macneice, en la
buena traducción de Eduardo Iriarte para Editorial Lumen. De Macneice leímos
varios de sus textos en voz alta durante los días que pudimos compartir en
Bogotá.
Fue
como el inesperado hallazgo de un bergantín cargado de tesoros en alta mar. La
versión que ofrezca de este poema, en un tanto distinta, no mucho, de la
referida. He querido como pasar un retrato. Un imposible anhelo, pero lo he
intentado.
Salud!
lacl
= = = = =
Louis Macneice, El muro (The wall)
De
cara al muro y tras de él
la
habitación colmada de sus buenos amigos.
¿Pero
qué, se decían ellos, podemos hacer?
Él
ha abdicado, su vida ha dejado atrás.
El
lecho ha conocido nacimiento y muerte,
Donde
estaba el muro hubo una vez una ventana.
Ahora
toda la claridad está detrás de él.
El
muro es un sendero ciego.
No,
dijeron ellos, ningún doctor
ni
predicador. ¿Qué sentido tiene?
No
hay aquí ventana alguna
para
que cuerpo o alma miren a su través.
Pero,
tal como hablaban, sus voces
se
fueron desvaneciendo, mientras el muro
se
encimaba para que él escuchase
voces
distintas más allá,
cantando.
Y hubo allí luz
ante
él como cruzando una ventana
que
se abre a un jardín.
El
primer jardín. El último.
.
Louis Macneice, El muro (The wall)
.
Face to the wall and behind him
The room full of well-wishers.
but what, they said, can we do?
He has abdicated, his life is behind him.
The bed had known birth and death;
Where was the wall had once been a window.
Now all the light is behind him.
The wall is a blind end.
No, they said, no doctor.
Nor priest. What is the use?
There is not even a window
for body or soul to look through.
But, as they spoke, their voices
Faded away while the wall
Grew nearer so that he heard
Different voices beyond it,
Singing. And there was light
before him as through a window
That opens on to a garden.
The first garden. The last.
.
Aquí
consigno otro boceto de traducción…
UN
CONTACTO
Los
trenes pasan y los trenes pasan, cadenas de iluminadas ventanas,
Un
registro en un idioma desconocido
Pues
estos son los trenes en los que uno nunca se va.
El
ritmo familiar, pero las implicaciones desconocidas
Deleitan
como una lengua muerta
Que
nunca nos ofende con revelaciones banales.
Así
que escuchando el expreso nocturno bajando el camino
Recibo
el esperado silbato del motor
Franco
y cortante en el oído cual una stigmata.
Giotto, Stigmata de San Francisco
*****
A CONTACT
The trains pass and the trains pass, chains of lighted
windows,
A register in an unknown language
Fore these are the trains in which one never goes.
The familiar rhythm but the unknown implications
delight like a dead language
Which never shocks us by banal revelations.
For listening for the night express coming down the
way
I receive the expected whistle of the engine
Sharp and straight on the ear like stigmata.
.
MacNeice, Hughes, Eliot, Auden, Spender...
GUARIDA DE LOS POETAS
Mark Rylance reads Prayer Before Birth by Louis MacNeice