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viernes, 28 de mayo de 2021

Bagatela, lacl. / Nina Simone, Isn't it a Pity (de George Harrison)




Bagatela. *


Hay días de nuestras vidas que, 

en apariencia, transcurren 

vacíos de carga o de sentido. 

Las horas pasan lentamente, 

con sigilo, como gotas 

cayendo de un alero, 

después de una tormenta 

que ha dejado solitaria 

y silenciosa la ciudad. 

Sentimos la vacuidad 

de nuestra hora, 

que se va sin despedirse 

y no nos duele su partida. 

Sucede que estamos exhaustos, 

hastiados de luchar 

con la absurda misión 

de justificar el absurdo.

Nos dedicamos al sueño, al olvido. 

Nos entregamos al abandono 

y nos rescatamos en la entrega. 

Todo se hace tarde, 

el tiempo se alarga, 

el espacio se ensancha

y cobra fuerzas. 

Pero nada nos preocupa,

si hemos sabido guindar 

nuestra piel en el armario 

y tomar la previsión 

de abjurar, por el momento, 

de nuestro juego de afeites, 

poses y ceños. 

Nuestra casa, 

recinto del cuerpo, cobra su lugar. 

Desayunamos luego de haberse

esfumado la hora del almuerzo 

y resulta ser el mejor desayuno

de nuestras vidas porque 

lo salpimentamos con la urdimbre

de imágenes, fantasías y pasajes

de tres o cuatro sueños zurcidos

mientras nos refociláramos 

entre sábanas y almohadas.

Un vago impulso nos dice 

que deberíamos hacer algo, 

pero no nos dejamos intimidar, 

aunque nos decimos: está bien, 

voy a organizar el desorden 

de los discos, por ejemplo.

Y ponemos algo de música, 

en el ínterin, y prosigue la 

labor de reconciliación y 

comunión con el mundo que 

trasciende nuestro humano paso. 

Y aunque la música 

nos induce a reconciliarnos, 

también, con la memoria, 

ello no nos lleva al borde 

de un abismo, ni a padecer 

una lucha entre contrarios, 

pues la música es aliada perfecta 

de esos días aparentemente vacíos 

de carga o de sentido. 

Y así, las horas siguen danzando 

su ritual del adiós, mientras 

nosotros damos gracias al cielo 

de poder andar entera 

y verdaderamente desnudos.


* lacl, 22 de Agosto,  2010. 

Es un texto originalmente escrito en prosa y como tal puede leerse. Al disponerle en versos lo intitulé Bagatela, dado que su origen ha sido prosistico. No pretendo, con ello, desmeritar la amada prosa, sino dejar rastros de una meditación que nació a medio camino, entre la prosa y el poema. Si no agrego acá la versión en prosa es estrictamente por razones técnicas. Trabajo desde un móvil y no desde una pc, y al no ser ducho en la materia, no hallo  (todavía) un modo sencillo de formatear el texto para que aparezca en los sencillos aparejos con que nació. 

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Nina Simone, Isn't it a Pity 

(de George Harrison)








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