Dispara primero, pregunta después.
Sobre esta sencilla premisa, escueta y taxativa, que más se asocia al proceder de Tamerlán, se plantan las delicadas zapatillas de la censura.
Este año se han cumplido 93 años de su desencarnación y a pesar del hilo del tiempo sigue siendo uno de los autores más censurados de la historia.
¿Su nombre?
David Herbert Lawrence.
La función de la censura no es la de proteger a la polis, ni la de salvaguardar a sus hijos, sino la de mantenerles enjaezados y contritos, amordazados y enceguecidos.
Por lo tanto, toda palabra, expresión o acto que atente contra el statu quo, acercando una lámpara para iluminar zonas oscuras es, ipso facto, cercenada.
lacl.
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"...Me parece que Ada Lawrence tiene mucha razón al afirmar que hoy en día nuestros gobernantes intentan desacreditar y destruir secretamente a un hombre cuyas ideas no les gustan, en vez de utilizar los métodos más expeditivos de sus antecesores, como la hoguera y la cárcel..."
Richard Aldington, prólogo, escrito en forma de carta a Frieda, para el libro APOCALIPSIS, de David Herbert Lawrence..
PENTAGRAMA MEDIEVAL
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