Contracorrientes / Blog de LACL: Julia Ward Howe, Proclama del día de las madres, 1870. / THE CIVIL WARS OF JULIA WARD HOWE / Orson Wells - History

Habría que rescatar el impulso de esa gran mujer que ha sido Julia Ward. Es increíble la vigencia que cobran sus palabras. Cuánta verdad traslucen. El único y gran obstáculo es que pareciera ser que vivimos en una sociedad en la que se multiplica El Extranjero, de Albert Camus. Ojalá que la mujer nunca olvide las fuentes arcaicas que fluyen en su seno y que luego manan dando origen a la creación. Que sepa amamantar a sus hijos con la única verdad que no puede ser abolida, la del amor por la efímera vida. En ellas y en lo niño está fundada nuestra más honda esperanza.

Lo digo sumido en medio de una suerte de derrota, cuando tengo que ser testigo de tantas personas que se niegan a sí mismas, al negar a sus propios ancestros. Ya los camusianos extranjeros cobran vida en el corazón de muchas mujeres y niños, no sólo en el de los hombres. Y es menester rescatarles tocando las más hondas fibras de esos corazones ganados por la desolación...

(lacl, de una nota de Mayo 2014)

Julia Ward Howe, Proclama del día de las madres, 1870.

¡Levántense, mujeres de hoy! ¡Levántense todas las que tienen corazones, sin importar que su bautismo haya sido de agua o lágrimas! Digan con firmeza: 'No permitiremos que los asuntos sean decididos por agencias irrelevantes. Nuestros maridos no regresarán a nosotras en busca de caricias y aplausos, apestando a matanzas. No se llevarán a nuestros hijos para que desaprendan todo lo que hemos podido enseñarles acerca de la caridad, la compasión y la paciencia'. Nosotras, mujeres de un país, tendremos demasiada compasión hacia aquellas de otro país, como para permitir que nuestros hijos sean entrenados para herir a los suyos. Desde el seno de una tierra devastada, una voz se alza con la nuestra y dice '¡Desarma! ¡Desarma!' La espada del asesinato no es la balanza de la justicia. La sangre no limpia el deshonor, ni la violencia es señal de posesión. En nombre de la maternidad y la humanidad, les pido solemnemente que sea designado un congreso general de mujeres, sin importar nacionalidad, y que se lleve a cabo en algún lugar que resulte conveniente, a la brevedad posible, para promover la alianza de diferentes nacionalidades, el arreglo amistoso de cuestiones internacionales.

Julia Ward Howe, Proclama del día de las madres, 1870.