sábado, 26 de julio de 2025

C. P. CAVAFY, de la mano de Francisco Rivera. Cinco poemas. / ÍTACA En La Voz de José María Pou





Los poemas de C. P. Cavafy que acá reproducimos fueron traducidos por Francisco Rivera, escritor, lingüista y crítico literario venezolano hoy un tanto olvidado, quien fuera nuestro maestro en la introducción a la lingüística durante dos semestres. Uno de los mejores profesores con quien pudiera uno contar. Me refiero al despliegue oral con que se explayaba a exponer cada teoría lingüística, con lujo de detalles y explicaciones visuales, apoyándose incluso en la pizarra, cosa que muy pocos de los profesores de literatura estilaban. Por otra parte fue sumamente generoso con las reseñas bibliográficas. Siempre fue un gran estimulador a la lectura y nunca dudaba en recomendar libros y autores, con lujo de detalles sobre diversas ediciones. Podríamos decir que contaba con una visión totalizadora del humanismo y era por ello que en una clase podría, quizás, adelantarse un tanto en la temática que habría de verse en los semestres subsecuentes, por medio de seminarios o lecturas dirigidas. Otra gracia con la que contaban sus charlas durante los cursos de lingüística es que se apoyaba en maravillosas obras de la literatura para exponer las teorías incluidas en el programa académico. Así que el discípulo genuinamente amante de las letras no perdía ni un ápice del gusto por asistir a sus clases y a recibir tan enjudiosa instrucción. 

En fin, de lo que acá se trata es de esos poemas de Cavafy traducidos por Rivera. El prólogo, sumamente ilustrativo, que añadió a su selección de los cien poemas traducidos del poeta alejandrino es algo extenso para reproducirlo acá. Pero abre con una cita del propio Cavafy que me parece pertinente agregar al final de los poemas seleccionados. Adelanto que no incluyo el famoso poema Ítaca, ya publicado en el blog y en otra versión o traducción, si mal no recuerdo. 

Rivera agrega un comentario en su NOTA SOBRE LA TRADUCCIÓN, en el cual explica que el nombre elegido para tal título, C. P. CAVAFY, lo tomó respetando la manera en que el propio poeta firmaba sus poemas en inglés. En la espera de que estos poemas sean del agrado de todo inopinado lector, damos paso a su voz 

Salud, lacl


*** * ***


C. P. Cavafy. Poemas.


NO HAS ENTENDIDO 

Sobre nuestras creencias religiosas, el fatuo de Juliano dijo: "He leído, he entendido, he condenado." Como si nos hubiera aniquilado con su "he condenado". ¡Qué payaso! 

Agudezas como ésta no prosperan entre nosotros, cristianos. "Has leído pero no entendido, pues si hubieses entendido, no habrías condenado", replicamos en seguida. 


POEMA JÓNICO 

Aún cuando hayamos roto sus estatuas, 

aún cuando los hayamos echado de sus templos,

no por ello han muerto los dioses.

Oh, tierra de Jonia, a ti aman todavía, 

sus almas te recuerdan todavía.

Cuando despunta sobre ti el alba de agosto, 

por el aire pasa el ardor de su vida,

y a veces una etérea figura adolescente,

indefinida, con presuroso andar, 

pasa sobre tus colinas. 


LA SATRAPÍA

Qué desgracia que, habiendo estado hecho 

para empresas bellas e importantes, 

esa suerte injusta que es la tuya te niegue siempre el estímulo y el éxito; 

que te estorben el paso las bajas costumbres, las mezquindades y la indiferencia. 

Y qué terrible el día en que cedes 

(el día en que te abandonas y cedes) 

y te encaminas hacia Susa, 

y vas donde el monarca Artajerjes,

quien, graciosamente, te recibe en su corte

y te ofrece satrapías y cosas parecidas.

Y tú aceptas por desesperación

esas cosas que nunca habías deseado. 

Otras cosas busca tu alma, por otras cosas suspira: los elogios del pueblo y los sofistas, los difíciles e inestimables Bravos, el Ágora el Teatro y los Laureles.

¿Y cómo puede darte esto Artajerjes?

¿Y dónde lo vas a hallar en la satrapía?

Y, sin todo ello, ¿qué vida llevarás? 


EL DIOS ABANDONA A ANTONIO 

Cuando de repente, a medianoche, se oiga un invisible cortejo que pasa, 

con música exquisita con clamores,

no llores inútilmente tu suerte que ya cede, sus obras 

fracasadas los proyectos de tu vida

que resultaron todos delusorios. 

Como alguien dispuesto desde hace tiempo y lleno de coraje,

dile adiós a ella, a la Alejandría que se va.

Sobre todo, no te engañes, no digas que fue 

un sueño que tus oídos te embaucaron:

no te permitas esas vanas esperanzas. 

Como alguien dispuesto desde hace tiempo y lleno de coraje,

como te corresponde por haber recibido una ciudad como ésta,

acércate con firmeza a la ventana 

y escucha con emoción pero no

con los ruegos y las quejas de los cobardes,

escucha, pues es tu último goce, los sonidos,

los exquisitos instrumentos del misterioso cortejo,

y dile adiós a ella, a la Alejandría que pierdes.


ESPERANDO A LOS BÁRBAROS

¿Qué estamos esperando reunidos en el foro? 

Es que los bárbaros llegan hoy. 

¿Por qué tanta inacción en el senado? ¿Por qué los senadores no legislan? 

Porque los bárbaros llegan hoy. 

¿Qué leyes van a dictar los senadores?

Los bárbaros cuando lleguen harán las leyes. 

¿Por qué nuestro emperador se levantó tan temprano y en la puerta mayor de la ciudad espera sentado en su trono, solemne y coronado?

Porque los bárbaros llegan hoy y el emperador se dispone a recibir a su jef. Incluso ha hecho preparar un pergamino para entregárselo y puesto allí muchos títulos y epítetos.  

¿Por qué nuestros dos cónsules y los pretores han salido hoy con rojas togas recamadas? 

¿Por qué se han puesto brazaletes cuajados de amatistas y sortijas de resplandecientes y destellantes esmeraldas?

¿Por qué llevan hoy preciosos bastones exquisitamente cincelados en plata y oro? 

Porque los bárbaros llegan hoy y cosas como estas deslumbran a los bárbaros 

¿Por qué nuestros hábiles oradores no acuden como siempre a pronunciar sus discursos, a decir sus cosas? 

Porque los bárbaros llegan hoy y a ellos los aburren La retórica y las alocuciones. 

¿Por qué han comenzado esa inquietud y esa confusión? (¡Qué serias se han vuelto las caras!) 

¿Por qué se están vaciando las calles y las plazas tan rápidamente 

y todos corren a sus casas tan desanimados? 

Porque ya es de noche y los bárbaros no han llegado 

y algunos recién venidos de la frontera dicen 

que ya no existen bárbaros. 

¿Y qué vamos a hacer sin bárbaros? 

Esa gente era una especie de solución.


Nota: Todos los poemas de la traducción realizada por Francisco Rivera, Monte Ávila Editores. Caracas 20 de julio de 1978.

Nota bene: sólo me queda pendiente transcribir y agregar el fragmento de Cavafy aludido más arriba y que Rivera reproduce en el prólogo de esta edicion de Monte Ávila... (lacl)

POST SCRIPTUM (4:35 p.m. ) : ACABO DE TRANSCRIBIR LA NOTA PROMETIDA...

"Cuando un escritor sabe con bastante certeza que se venderán solamente unos pocos volúmenes de su edición, obtiene una gran libertad en su trabajo creador. El escritor que tiene ante sí la seguridad, o al menos la probabilidad, de vender toda su edición y quizás ediciones subsecuentes, es a veces influido por la venta futura... casi sin quererlo, casi sin darse cuenta de ello. Habrá momentos en que sabiendo cómo piensa, qué le gusta y qué ha de comprar el público, el escritor hará pequeños sacrificios, redactará cierto trozo de manera diferente, se saltará otro. Y no hay nada más destructivo para el Arte (tiemblo con sólo pensar en esto) que cierto trozo sea relatado de modo diferente o sea omitido."  

Son las palabras de C. P.  CAVAFY. Así abre la nota introductoria de Francisco Rivera el volumen de los 100 poemas del poeta alejandrino por él traducidos. Espero poder transcribir en el porvenir una parte o, sí se pudiera, todo el magnífico texto introductorio de Rivera a este libro. Por los momentos, me detengo acá...

(lacl)




Francisco Rivera


***

ÍTACA
En La Voz de José María Pou

Ya hemos publicado esta lectura en otra entrada sobre la poesía de Cavafy, pero nunca está demás agregarla de nuevo...







No hay comentarios.:

Publicar un comentario