jueves, 30 de noviembre de 2023

Palomares, Paisano. Uno de nuestros más hermosos libros de poesía.

 


Es una añeja deuda la de publicar acá algunos poemas de ese maravilloso poemario intitulado Paisano, Ramón Palomares. 
Hay un poema que me gusta mucho por el tono del lenguaje y porque es como un Crisol de lo que plantea Paisano, y es el poema "Huyendo", el cual no he logrado transcribir todavía, pero del cual dejo acá una estampa para el que quiera leerlo al menos en la ilustración.

Las hermosas ilustraciones estuvieron a cargo de Mateo Manaure. 
Salud, lacl. 

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ENTRE EL RIO

   A Edmundo Aray

Voy a entrar en un río
me quito la ropa y entro y le abro la puerta
y miro adentro de su casa
y voy a estar sentado en las sillas negras
y en los espejos;
cuando hable escucho que dice y qué quiere
y cómo manda a todos y dice que se vá a remolinear
y veré cuando sus patas empiecen a despedazar la ladera.

Tomaré agua de su corazón y me beberé su cuello
y haré gárgaras y escupiré adentro
y en los ojos le pondré piedras y le quitaré los diamantes y los pedazos de oro
y de ojos le pondré unos gatos
y veré qué vestidos se pone y como hace para correr
y si está durmiendo le escarbaré a ver qué sueña.

Yo vi que come el río y vi su mesa
y tenía platos como guayabas y casas
y todas las siembras que se llevó
y un hilo verde, muy verde, como un ángel.

Me estuve sentado viendo un gran campo que estaba debajo
y allí cantan todos y se ponían morados
hasta que se oyó una voz durísimo
y salieron iglesias y calles de las nubes
y todos corrieron
y comenzó el río a decir que se iba a morir.




CULEBRA



Echando candela, metiéndose en los oídos, bebiendo sangre
allá está, calladita
dejándose arrastrar
y como vino entre el viento, allá está
en el cuarto donde se come los pájaros
-les comió las plumas y las alas y después las patas
pero la cabeza se le va a atorar
y va a comenzar a cantar a medianoche
y se va a mover por los espejos
y a agarrarse de la cabeza del diablo que está en los rincones
y a decir ay
porque esa culebra tiene muchos diablos
y el sol le cayó encima
y por eso anda por todas partes, mordiendo, mordiendo,
hasta que se lo lleva a uno al infierno.


EL NOCHE

 A Oscar Sambrano Urdaneta

Aquí llega el noche
el que tiene las estrellas en las uñas,
con caminar furioso y perros entre las piernas
alzando los brazos como relámpago
abriendo los cedros
echando las ramas sobre sí,
muy lejos.
Entra como si fuera un hombre a caballo
y pasa por el zaguán
sacudiéndose la tormenta.
Y se desmonta y comienza a averiguar
y hace memoria y extiende los ojos.
Mira los pueblos que están
unos en laderas y otros agachados en los barrancos
y entra en las casas
viendo cómo están las mujeres
y repasa las iglesias por las sacristías y los campanarios
espantando cuando pisa en las escaleras.
Y se sienta sobre las piedras
averiguando sin paz.








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