lunes, 30 de noviembre de 2020

Dos poemas de Aaron Alberto Padilla / Extractos de una conversa. / Dança da Solidão (Marisa Monte e Paulinho da Viola)



Dos poemas de Aaron Alberto Padilla. Textos que le pidiera hace mucho tiempo y que no había logrado subir al blog. Lo mismo me sucede con otras maravillosas voces de nuestro terruño y de allende sus linderos, aunque algunas de esas voces cuenten con algo más de difusión, al menos, dentro de la comunidad de lectores de poesía; aunque me parezca necesario acotar que es menester tomar siempre en consideración el restringido público que sigue los pasos de ese reputado y amado género del canto. 

Mas, como han dicho ya unos cuantos poetas cabales: no importa que la poesía no cuente con un inmenso público lector o de escuchas (no obstante, tenga yo la presunción de que ha ido en lento aumento) pues, más allá de todo eso, la humana estirpe la agradece y sabe -a sottovoce- cuán necesaria es la poesía para seguir subsistiendo en tanto que seres sensibles. 

Salud!

lacl

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1

Devuelta desde el otro lado

 

Cuando te vas, tu huella arde en mi piel

con intenso sentimiento

y abrasas lo invisible con tu ausente contacto.

Enciende el aire que respiro.

Vistes con tu nombre cada gemido

que me devuelve el espejo, los muebles alegres,

el sonido que hiere las flores, desde

donde tu hálito lumínico

invade mi cuerpo de condena.

Al final, cuando el incierto rostro del viajero,

cubre de olas el camino del amante,

el sufrimiento disuelto en el círculo de sus labios,

este vacío de fuego y tierra devorante, es salvado

por lo que se siente en los poros.

 

2

 

Diálogo en lo alto

 

Llego a la cúspide por el follaje profundo,

avisto horizonte y abismo.

Abajo, en el límite, lo que queda de los ramajes

se confunde con el polvo, mientras

la ceniza habla con las piedras.

Nunca es demasiado tarde para

que nos exprese la música de la montaña.

Para reconocernos en su más pura mirada,

en sus árboles pensados en la ausencia.

En esa luz de arriba, ese pájaro que nos canta

revelando el enigma que me llega en tu boca.

Ahora la noche es una luz descarriada, ancha y oculta

detrás de la colina, respondiendo

desde la plenitud de la palabra.


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Ariadna en Naxos


Extractos de una conversa.-

– Aaron.   “ …una relación de mis andanzas literarias sería bastante breve. Formé parte de Talleres Literarios  (Poesía y Narrativa) del Celarg y el CONAC. Llevo muchísimo tiempo en mi deambular por este paisaje de las letras, casi siempre en calidad de asomado, pero en fin. He publicado un libro de relatos titulado Obsesos (Literal Books, Año 2000). Mis incursiones literarias (Ensayos y relatos y poesía) las he vertido mayormente en las Revistas Ateneo (que dirigía Emilcen Rivero y la Revista Nacional de Cultura -menos acá-). Actualmente cuento con dos poemarios inéditos (Diosa en lo oscuro y El vigía ausente) en espera de mejores tiempos u oportunidades propicias. No tengo afán de figuración. Los textos que suelo publicar en las redes pertenecen, casi todos, a un tercer libro que se está gestando.  Uno de los poemarios mencionados (cuyo lector ocasional era nuestro común amigo Sael Ibáñez, de cuya partida repentina aún no me repongo) es una rara mezcla de poemas en prosa con mini ficciones y algunos con marcado tono reflexivo. Pero siempre, tratando de mantener un lenguaje de altura. Porque, estimado amigo, el verdadero poeta o enamorado de la palabra siempre se mueve, o se aloja, en un espacio repleto de lenguaje e imaginación. Al menos eso intentamos. Es nuestro fin.   Por otro lado, espero que alguna vez podamos compartir nuestros pareceres. Una vez nos encontramos, creo que fue en la librería Lectura; yo estaba conversando con Sael Y Emilcen, y creo que pasaste un poco apurado por nuestro lado.  Pues nada, espero que alguna vez podamos compartir nuestros pareceres. Un Gran Abrazo A P.

 








– Luis: Muchas gracias, amigo Aaron, por tu atenta respuesta.  Sí, yo visitaba con suma frecuencia a Walter en Lectura. Creo recordar ese día. Si no me detuve es porque tendría algún compromiso. Pues yo me instalaba allí, por horas, a conversar con ellos y a revisar los anaqueles y encontrar pequeños tesoros. Y con Sael, como vaso comunicante, me habría encantado doblemente quedarme. La verdad es que nos dejó a todos entendiendo con su abrupta partida. Revisaré los hermosos poemas que me has enviado -y parte de nuestra conversa- para editarla y acompañar tus textos que, dicho sea de paso, denotan ese detenido trabajo con la lengua. Esperemos y aboguemos por la venida de tiempos mejores y que se nos permita hacer causa y mesa común. El más fuerte asidero de nuestras esperanzas es el deseo de que se cumplan.

lacl. 






 





Dança da Solidão (Marisa Monte e Paulinho da Viola)












 


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