Me habría encantado poder publicar este breve homenaje a Armando Rojas Guardia desde fines de 2019, pero los tiempos no se dieron. Y no pude contar con los
elementos que me servirían de base a su debido tiempo. Todo acaeció muy rápido,
2019 se despidió con esa sombra que algunos no parecían advertir y ante la que otros,
quizás esperanzados en que fuese falsa alarma, oraban para que las nubes se
disiparan con el transcurrir de las jornadas. Pero algo nos decía que la sombra
se cerraría más y más. Comenzando el año me vi forzado a escribirle a la
derrota, aunque siempre en el tono retador y jovial de quien pretende
aprovechar los derroteros; fue lo primero que publicamos en este blog en 2020. Luego, una tos seca, madrugadora, vino a
hacerme compañía y hube de poner, una vez más, mis barbas en remojo. Qué modo de iniciar el año -me decía- cuando
ando en tantos silenciosos, pero auguriosos proyectos. Unos diez días de reposo,
más las vicisitudes de Febrero vinieron a corroborar nuestras lúgubres videncias
del último trimestre de 2019. Y mucho antes de que se decretasen restricciones,
ya habíamos decidido ponernos en ayuno social. Y, al reducir los espacios, como
escribíamos hace algunas semanas, el tiempo se contrajo. Creo que es un hecho notorio
y palmario. Los encierros producen cambios en nuestra manera de advertir la
realidad, pero sobre todo de desenvolvernos y de relacionarnos en sus visos
exteriores. Lo cierto es que, como todo ser humano, luego de haber sido
testigos del “in crescendo” del flagelo, a todo mundo, creo, han de habérsele
trastornado los tiempos, a algunos -quizás los menos- para mejor, mas para una
ingente cifra de seres humanos, para muy mal. Bueno, no deseo extenderme en
este aspecto que a todo un mundo ha atosigado.
Gracias a la cortesía de Luis Perozo Cevantes, uno de los más
decididos promotores de nuestra poesía, con su afanoso interés de darla a
conocer a sus conterráneos y a lectores de allende las fronteras, nos cupo el
honor de acompañarle a él, junto a los queridos Armando y Alfredo Chacón, en una
lectura de textos poéticos de nuestras respectivas cosechas. Yo ya estaba tras
los pasos de Hacia la noche viva,
quería ponerle la mano a ese libro, luego de que Luis lo reeditara con la Sultana
del Lago y fuera presentado por el mes de Septiembre del año pasado en la
librería El Buscón. Libro consentido de Armando, según sus propias palabras de
esa noche, y que sufriera de tantos altibajos en su inicial salida al ruedo. Estábamos
encantados ante la posibilidad cierta de poder leer ese libro de manera ociosa
y ponderada.
Ya Armando se nos fue de este plano, pero éste es apenas un plano
visible de las múltiples dimensiones y frecuencias en que vibra el alma humana,
tal como lo hace la psique del cosmos. ¿Que no creen en ello? ¿Que, como Santo
Tomás, rezan “ver para creer”? No importa. Digamos que esto que digo son caprichos
de lunático. Uno que intuye que hay que permitir que Selene tome su parte en lo
que toca al continente de nuestra sensibilidad y de nuestras percepciones, capaces
de ir más allá, de alcanzar a lugares invisitados por nuestra ciencia infusa, la
que suele ser más poética de lo que se piensa. Sin esa visionaria cualidad no
existiría la poesía y, nos atrevemos a decirlo, tampoco ciencia alguna. Tan sencillo
como eso.
Acaso el ver poético produce vértigo y nausea entre quienes le
temen a lo inmensurable, lo indescifrable o lo desmesurado. Pero ésa es la base
fundacional de todo trance migratorio al reino del espíritu. La noche en que fuera
presentada esta reedición de Hacia la
noche viva, Armando nos brindó un breve relato de los, por así decir,
infortunios de la primera edición y cerró con la hermosa lectura de algunos de los
poemas de esa colecta. Larga fue la espera de volver a ver plasmados estos poemas
bajo un sello editorial, empresa que saludamos efusivamente. La breve selección
que hacemos, bajo permiso del editor, apunta a un rasgo del ver, pues es un libro cargado de erotismo
y luz. Pero queremos darle paso, en este caso, a la videncia y a ese sondeo,
permanente, hacia el ascenso.
Salud,
lacl
Nota: dejo los datos del editor, de Armando Rojas Guardia y del libro en la red para quien tenga interés en hacerse con una edición de Hacia la noche viva.
Armando Rojas Guardia, Tres poemas de Hacia la noche viva.
Agua
Lustral
“Purifícame con el hisopo ...”
Salmo 50,9
Salgo por fin del tedio
que es el hábito de huir de Tu
presencia.
Había elegido el mal
como quien muerde el aire
y castiga al sol tapándose los
ojos.
Había elegido el mal. Y lo sabía.
Hoy salgo al aire en paz de lo
invisible
diciéndote que sí por estas calles
con el viejo saxofón de mi poema.
Se abre el día
tal un hueco silvestre
—rosada ubre de la luz, goteando.
¿Qué puedo decir que me retrate
así, recién nacido:
los dedos obstinados de la hierba,
la respiración de todos al dormir?
Sí, letra a letra reconstruyo
la inocencia del ser, que ahora
levanto
como una fronda erguida, resonante.
Fondo Negro
Limpia y fría, la noche de diciembre
Limpia y fría, la noche de diciembre
es
la imagen perfecta de mi alma:
Caracas
arde afuera, indiferente,
mientras
yo soy un hueco
l
i v i a n í s i m o
donde
caen flotando los minutos.
En
nada pienso ahora. Y nada añoro.
Ninguna
obligación. Ninguna agenda.
Apenas
esta ingrávida quietud
para
llenar de música (Satie, acaso)
y
lentos cigarros y silencio
y
el negro sueño de la paz, vacío.
Dies Natalis
Todo
fue un mínimo estertor.
Me
dilapido en paz: sólo agujero
donde
sueno por fin a carcajada.
¡Oxígeno
al revés, espalda de aire!
Llena
se expande mi ceguera:
gozo
el vacío de mis ojos.
Una
lápida el mundo, simplemente
—bailo
en torno a ella, desceñido.
No
me busquen allí. Ya no me nombren.
Los
clavos y el lanzazo, mi epitafio.
(A Manón Kübler)
(A Manón Kübler)
Cortesía de estas últimas imágenes, Solange Noguera.
Lectura en librería Kalathos, acompañando a Armando Rojas Guardia, Alfredo Chacón, Luis Perozo Cervantes y un servidor.
*
Erik Satie: 3 Gymnopédies, 6 Gnossiennes
Recorrer el mundo con los sentidos.
Recorrer el mundo con los sentidos.
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Por desgracia bloquearon el hermoso video que antes habíamos colocado...
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"Acaso el ver poético produce vértigo y nausea entre quienes le temen a lo inmensurable, lo indescifrable o lo desmesurado. Pero ésa es la base fundacional de todo trance migratorio al reino del espíritu"... Si querido poeta y amigo LAC...Nunca antes mejor dicho! Gracias por esta entrañable y con-movedora publicación. Te abraza mi corazón desterrado desde Buenos Aires./Emilia Lee
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