sábado, 17 de agosto de 2019

Hallazgo de la bohemia por los senderos de la música: Blue Rondo A La Turk, lacl / Dave Brubeck Documentary with Clint Eastwood






Hallazgo de la bohemia por los senderos de la música: Blue Rondo A La Turk, lacl

El Blue Rondo A La Turk… Pieza amada desde mi infancia, pues mis hermanas bailaban una de las piezas del álbum en un academia de baile, la famosa Take five... Era la Academia de Pascuita Basalo. Recuerdo a mis hermanas bailando en el Teatro Municipal de Caracas… Ese LP (Take five) sonaba en casa con la insistencia de un crío deslumbrado.

Ha venido a cuento de la memoria debido a una versión del Blue Rondo A La Turk de Claude Nougaro que confieso no recuerdo haber escuchado antes y que me enviara una amiga por la red… Gesto que por supuesto le agradezco y por el que debo hacer otra confesión.

¡Acabo de descubrir que mi primera relación con ese tono del espíritu que se conoce bajo la noción o término de bohemia me vino de este álbum! Es el tipo de descubrimientos que sólo puede detectar el corazón, ese órgano que está directamente enlazado al ombligo de la memoria. Digamos que es como un cordón umbilical que jamás debe ser cortado so pena de vivir nuestras vidas sin asideros sensoriales. Es un cordón de plata que jamás debe mutilarse, lo reitero.

Y esa amorosa relación deviene precisa o primeramente de esta pieza, Blue Rondo A La Turk, pieza inicial del álbum, por las maravillas que se abrieron en el horizonte para el infante que era.

La versión de Nougaro se concentra exclusivamente en la sección intensa y veloz de la pieza, que es con la que abre y cierra la composición original. La aplaudo, pero el aplauso mayor va a ir ahora por mi descubrimiento de este momento (escribo un poco antes de las 2 am en nuestro cielo) y es el de éste, mi amor por la bohemia -qué maravilla poder decirlo así- a partir del momento de haber escuchado ese álbum maravilloso de Take five y esta pieza en especial, que es la abre el LP. 

Mi hallazgo sensorial, hallazgo del ánima, hizo eclosión ante el anuncio que hace la música justamente en el minuto 2:00 y, luego, con la instalación de un tempo con soltura y donaire, el cual se apostará en el minuto 2:20 como una manera de caminar sobre las calles, tal como caminan los dedos del bajista sobre las cuerdas, con los platillos y cueros consonando el ritmo y el saxo y el teclado haciendo de las suyas para hablar a gusto y sin aparente derrotero… Hasta que vuelven a tomarse de la mano para volver sobre su marcha alocada del principio y contrastar ambos ritmos en el aire. Ha sido un hallazgo volver a dar con esa sensación… Fue como descubrir el porqué de nuestros amores a otro tiempo. Me refiero a que la música nos estaba dando y nos sigue dando, de hecho, una respuesta a nuestra sed de vivir la vida en un ritmo distinto al pautado por las normas, ésa es la importancia que le confiero a estos descubrimientos musicales, tan decisivos como el del más arrobador poema!

Acá dejo el álbum, uno de los más maravillosos del jazz y que agradezco haber conocido a tan temprana edad, por fortuna. Estoy seguro de que si a alguien le debe mi alma su amor por el libre albedrio es a estos maravillosos músicos y estas creaciones, todas estupendas. Es un álbum que hemos escuchado y agradecido tanto que hemos cometido el error de darlo, acaso, por materia vista y, pues, no. No podemos dar por materia vista las cosas que nos maravillan y que, intuimos, han de maravillar a otros tímpanos ávidos de escuchar modos distintos de intentar los pasos sobre la vida. ¡Así pues, ¡salud!

Pero no deseo cerrar esta glosa sin extender al lector otro comentario. La música (como la poesía y las artes en general) cuenta con la cualidad de poder revelarnos una luz más intensa dentro de la luz o una oscuridad aún mayor o perseverante dentro de la oscuridad.
Es la libertad de crear que va de la mano con la naturaleza de toda psique que no haya sido secuestrada por alguna doctrina, cualquiera que sea. El alma es una esencia que ama de suyo lo estético. Nace con ese amor.

Pero el ser humano que ya ha pasado por la máquina de moler de las doctrinas y su red de manías adquiridas se encargan de borrarle tales cuitas a la psique que despunta en los niños. Es un acto que se repite (acaso con algún dejo de vengadora satisfacción) entre muchos hijos de nuestra estirpe…

Pero la música, como la poesía y las artes, se sobreponen a ello y sanan con su respiración. Y misión del creador, como misión del amante (el amateur) es prodigar, sin aspavientos, tales amores.
lacl

© lacl, 17/08/2019




Dave Brubeck – piano
Paul Desmond – alto saxophone
Eugene Wright – bass
Joe Morello – drums

Dave Brubeck Documentary with Clint Eastwood

Una belleza documental









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