lunes, 27 de junio de 2016

Por fin llueve.Tomado de Días de bruma, lacl




            A Amparo Osorio

Por fin llueve.
Mayo se anuncia.

He de caminar
con atemperado
y, si posible,
decantado paso.

Mayo trae siempre,
con sus aguas,
una ola de cambios.

Abatimientos, desgarrones,
permutaciones sobre
la faz del mundo.

Derribos, furores, jirones;
enajenamiento de lo que,
de algún modo siendo, fui.

Trae, también,
renacimientos
y olvido de todo
lo huido,
pues mayo se lleva
lo mustio y trae
lo verde;
pero lo verde
tempranamente
transita el tono
virtual de la vida,
siendo implícito
matiz de la muerte.

A mí me duele
el mundo
a cada mayo,
me duele
en los huesos,
me duele en su savia
derramada que,
al rebasarse,
nos arrastra
en su crecida.

Me duelen
la vida y la muerte,
pero me duelen sin dolor.

Cada mayo
se lleva lo sembrado,
cediéndonos nuevos retoños.

Yo busco
las tierras altas
cuando mayo se avecina.

Y aunque de poco me sirva,
me apertrecho, mientras
aguardo los embates
de su inminente regreso.

Busco refugio
en la luna
que, a ratos,
se torna mezquina
y, por mi bien,
me instiga a volver
sobre mis pasos.

Busco resguardo
en la noche,
que nada puede hacer
para tomar las manos
de una humanidad
pidiendo salvamento,
mientras brega
contra la corriente.

El hombre
no quiere morir
y no se permite el vivir.

Y es allí, en la
auto-infligida negación,
donde nace
su claro rechazo
por la metamorfosis;
es su propia privación
la que le hostiga
e incita su repulsa
por la más nimia
transformación;
es esa implorada
condena, servida
en espléndida mesa,
la que espolea
su obstinada resistencia
ante las cíclicas
conversiones
que todo mayo,
inapelable, cincela
en nuestra faz y en
cada punto cardinal.

Mayo nos pide que
demos paso a la vida.

Mayo nos pide que
demos paso a la muerte.

Me duele mayo
en cada parte del cuerpo,
mas es un dolerme sin dolor.



Tomado de:
Días de bruma

(Memorial del aura
en días de bruma)

Apuntes y fragmentos de vida, amor y muerte
de un amanuense griego al servicio del Imperio

Simónides Románico - Roma - Circa 248 DC

Hermes Alejandrino



(Luis Alejandro Contreras – BID&CO EDITOR, Caracas 2013)
 .



viernes, 17 de junio de 2016

La idea del Imperio - Un retazo




La idea del Imperio
es una bruma,
un misterio,
una apariencia.
Mapa ilusorio
que se desvanece
bajo los azotes
del inflexible Cronos. 
Los agudos estadistas
se esmeran por fijar
el tinglado de “nuestros
dominios” y por delimitar
los linderos en los
confines de una tierra
que ondula como una
despedazada bandera.

Hasta esos confines
despedimos legiones
de pretorianos
-compuestas por
gentes de la más
diversa ralea-
para sofocar fuegos,
amaestrar pueblos,
civilizar bárbaros.
Y nadie se atrevería
a preguntar cuál
es la dosis de sangre
necesaria para juntar
la argamasa que une
las piedras con que se
erigen nuestros templos.


Tomado de Días de bruma, Apunte y fragmentos de vida, amor y muerte de una amanuense griego al servicio del imperio. BID&CO Editor, Caracas, 2013




Carta a una amiga… Memoranda.


Carta a una amiga… Memoranda.

Dejo aquí estos trazos, ejercicio de la memoria.

lacl
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Tú, querida, me haces convocar a la alegría, por tu reiterada fe en la belleza que, como un inexpugnable templo, resguarda nuestras almas. Y te lo digo aún en estos tiempos, en que más que asombrados, podríamos decir que nos encontramos abrumados, al constatar en el aire tanto desamor, tanta desarmonía, tantas omisiones y silencios convenientes, no sólo en el entorno del amor universal que cabría esperar que, de por sí, insuflara el pecho de todo ser humano, sino hasta en los entornos más íntimos de lo familiar, donde atestiguamos la misma quiebra que se observa en el afuera. El mismo logro inconcebible del suicidio que hemos cometido en la persona del niño que nació con nosotros (hablo grosso modo, pues no podemos evadir la culpa colectiva, aunque no la compartamos), para ver a diestras y siniestras legiones y legiones de "camusianos" extranjeros. Cuando padezco estas tristezas, como en efecto las padezco ahora (en realidad, creo que las he padecido desde que a mi mente vino la luz del primer pensamiento), no puedo evitar el recuerdo de hombres como César Vallejo y comprenderle... y amarle... e, incluso, acompañarle... cuando dice cosas como "que se lo coman todo, qué más da...", porque sabemos que se refiere al extraviado mundo humano, no al de madre natura. Porque hombres como él añoraron, acaso como nadie, la alegría de esa belleza que llevas en las manos como un Rosario que nada sabe de mandamientos ni pecados, un rosario cuyas iglesias son el cielo, el mar, los vientos y ramajes, el canto de un cristofué o el de una paraulata del llano.
Por azar abro mi libro de Walt Whitman y entre los poemas señalados por la memoria, te rescato este poema que, si se quiere, me da una amorosa lección:

“…Yo soy aquel a quien atormenta el deseo amoroso;
¿No gravita la tierra? ¿no atrae la materia, atormentada, a la materia?
Así, mi cuerpo atrae a los cuerpos de todos aquellos a quienes encuentro o conozco…”

El corazón puede gozar de distintos punto de vista. Incluso puede ver con ternura los desánimos, ahogos y encierros.

Cierro y abro otra página. Hallo este otro...

“… ¿Cómo no atreverse a decirlo?
Después de los ciclos, poemas, cantores, dramas,
Los orgullos de Jonia y de la India – Homero – Shakespeare – las largas, largas épocas, los caminos populosos, las regiones,
los grupos brillantes de estrellas y sus Vías Lácteas – la recolección de los latidos de la Naturaleza.
Todas las pasiones, héroes, guerras, amor, adoración de antaño,
Las sondas que todas las épocas arrojan a sus más profundos abismos,
Todas las vidas humanas, gargantas, deseos, cerebros – la expresión de todas las experiencias;
Después de las innumerables canciones, breves o extensas, en todas las lenguas, en todos los países,
Todavía algo no expresado por la poesía, ni con la voz, ni con la escritura – es algo que falta.
(¿Quién sabe? Lo mejor, aun no expresado, y todavía ausente.) ..."

No sé por qué te escribo tan loca y desordenadamente, acaso por buscar un hilo, acaso porque me siento un poco fatigado. Me ha costado un mundo escribirte porque ando mareado del malestar producido por los continuos cambios de clima: agua, aire acondicionado, humedad, y luego otra vez, agua y frío de clínicas y laboratorios (no por mí, por mi mama, un problema en la columna que espero podamos resolver), pero me ha llegado el momento de guardar, de atesorar fuerzas.

Un abrazo!

Luis Alejandro


(de un día del 2013)



Retorno fugaz, Juan Ramón Jiménez




Retorno fugaz

¿Cómo era, Dios mío, cómo era?
—¡Oh corazón falaz, mente indecisa!—
¿Era como el pasaje de la brisa?
¿Como la huida de la primavera?

Tan leve, tan voluble, tan ligera
cual estival vilano... ¡Sí! Imprecisa
como sonrisa que se pierde en risa...
¡Vana en el aire, igual que una bandera!

¡Bandera, sonreír, vilano, alada
primavera de junio, brisa pura...!
¡Qué loco fue tu carnaval, qué triste!

Todo tu cambiar trocose en nada
—¡memoria, ciega abeja de amargura!—
¡No sé cómo eras, yo qué sé qué fuiste!




sábado, 11 de junio de 2016

Sobre Darwix, por Edward Said



Palabras de 1994, con las que Edward Said presenta a Mahmud Darwix al público norteamericano.


Me encontré con Mahmud Darwix por primera vez en 1974, y desde entonces hemos sido grandes amigos. Dirige al-Karmel, una revista cuatrimestral de temas literarios y culturales que se edita en Chipre y que ha publicado varios de mis ensayos. Aunque no nos hemos visto demasiado, estamos en contacto frecuente por teléfono. Darwix lee inglés y francés pero no habla con fluidez ninguna de estas lenguas, a pesar de que ha vivido en Francia casi una década. Su medio emocional y estético sigue siendo árabe y en menor medida (por razones obvias) israelí. A pesar de su ironía a veces mordaz y de que no vive ni en Palestina ni en Israel, es una presencia determinante en la vida de las dos naciones. Tiene un público inmenso en todo el Mundo Árabe (en 1977 ya se habían vendido más de un millón de ejemplares de sus libros), no sólo entre los palestinos, y eso que está lejos de ser un personaje populista. En Israel, se le sigue con atención debido a su estrecha relación con el Comité Ejecutivo de la OLP. Hasta tal punto su palabra alcanza al público del otro lado que, hace muy pocos años, uno de sus poemas, que expresaba un punto de vista ácido y airado acerca de Israel, fue motivo de discusión en la Kneset. Ninguna otra figura intelectual palestina ―ni siquiera el novelista Emil Habibi, que ganó el Premio Israel de las Letras en 1992, y al que Darwix condenó por aceptarlo― tiene una influencia comparable.

En Darwix, lo personal y lo público siempre guardan una tensa relación: la fuerza y la pasión que en él tiene lo personal casan mal con los requerimientos de la corrección política y el activismo que exige la actuación pública. Pero siendo como es un escritor concienzudo y meticuloso, Darwix es a la vez un poeta-artista de un tipo que tiene pocos equivalentes en Occidente. Tiene un estilo sorprendentemente personal y sugestivo que provoca una respuesta inmediata de la audiencia. Sólo unos pocos poetas occidentales ―Yeats, Walcott, Ginsberg― poseen la irresistible y rara combinación de un estilo que encandila al público y una profundidad, incluso un hermetismo, que refleja un universo sentimental exclusivo. Como éstos, también Darwix posee un gran virtuosismo técnico: se sirve de la incomparablemente rica tradición prosódica árabe de manera siempre innovadora, lo cual le permite algo bastante excepcional en la poesía árabe moderna, a saber: poseer a la vez un estilo virtuoso y un sentido poético depurado, a la postre simple a fuer de refinado. [...]

La poesía de Darwix no sólo es una puerta de inusual claridad a un universo alejado de lo convencional, sino que al mismo tiempo es una unión inextricable de poesía y memoria colectiva, que se presionan mutuamente. La paradoja se ahonda de manera casi insoportable cuando la intimidad del sueño se ve invadida o incluso violada por una realidad siniestra y amenazante que colapsa la inquietante dialéctica entre poesía y memoria colectiva, sin resolverla o trascenderla. Esta cualidad al límite y deliberadamente irresuelta de la más reciente poesía de Darwix la convierte en un ejemplo de lo que Adorno llamó late style, en el cual la estética convencional y la intangible, lo histórico y lo trascendental se combinan para proporcionar un sentido increíblemente concreto de más allá, en el que nadie ha vivido en la realidad.

Grand Street, nº 48, invierno 1994

Traducción de Luz Gómez García



Walt Whitman, Jorge Luis Borges. Belleza y armonía. / Walt Whitman: poeta de eternidad, registro audiovisual


Walt Whitman decía en uno de sus prólogos a las Hojas de hierba (*):

“…El disfrute de la belleza no es un azar desatinado…; es ineluctable como la vida…; es exacto y a plomo como la gravedad. De la vista procede otra vista y del oído procede otro oído y de la voz procede otra voz eternamente curiosos de la armonía de las cosas con el hombre…”  

Con razón Borges tanto le admirara. Una admiración sustentada en ese valor conferido a lo intasable y caro al alma: no sólo la experiencia de contemplar la belleza, sino la de su disfrute y revelación en nosotros. 

Me gustaría subrayar la palabra ‘armonía’ del retazo del viejo Walt aquí citado. Que de la vista proceda otra vista, aquella que, al contemplar, ilumina; o del oído proceda otro oído, aquel que escucha lo inaudible porque escucha con el corazón; o que de la voz surja la voz que dicta sin disimulos, pero sin aprehensiones lo que asombrosamente nos pone en comunión con el concierto de la naturaleza, eso es el verdadero hallazgo del ser: la armonía. 

Revelar belleza, diría luego Borges (lo leí en la solapa de un libro, cara revelación). Y luego agregó: pero sólo se puede revelar belleza que se siente. Y allí entra en clara comunión con el disfrute de la belleza de que hablara Whitman. Pues no hay disfrute cuando no hay sentir.

Un breve recordatorio del por qué marcha el mundo humano como marcha: hacia su destrucción.

.
(*) Fue en el último de sus prólogos,1988. La traducción es de Francisco Alexander.

Breve nota para el cuaderno Inscripciones en el dolmen.

11 de junio, 2016, al clarear la mañana. 



Walt Whitman: poeta de eternidad, registro audiovisual


miércoles, 8 de junio de 2016

DECLARATORIA




                A Yineska


Yo no sólo beso 
el suelo que tú pisas.
Beso los rizos del aire 
que acarician la piel 
que plantas en el mundo. 
Porque aire, piel y tierra
terciopelo son 
de la misma esencia.

(05 de Junio, 2016. 4 am)